Un cielo lleno de estrellas

23 0 0
                                    

Nathan terminó su turno a las seis de la tarde y se dirigió a su habitación.
Llegó a su habitación donde se encontró con Charlie

-Hola -saludó Nathan

-Hola, pensé que estarías en tu cita con Emma

-sí yo también, resulta que un empleado se enfermó y Emma tuvo que cubrirlo hasta que convencí a Kelly de cubrir a Emma

-¿cómo lograste convencerla?

-al parecer el hecho de que sepan que eres el hijo del dueño del hotel no es tan malo

-sonrió -bueno me alegra que empieces a ver lo positivo, pero entonces ¿qué pasó con la cita?

-cuando Kelly le dijo a Emma que debía trabajar me dijo que pospusieramos la cita

-¿para cuándo?

-no lo decidimos... no lo decidimos -repitió con una sonrisa -tengo una idea ¿como me veo?

-sorprendentemente igual que cuando te fuiste, sigues viéndote bien ¿pero por qué lo preguntas? 

-me pregunto si Emma está ocupada

-sigo sin saber de qué hablas

-creo que aún puedo tener la cita con Emma -vio su reloj -debo irme, nos vemos después -abrió la puerta

-hasta luego

Nathan salió de la habitación para ver si aún podía reunirse con Emma.
Iba caminando hacia la cabaña de empleados y vio a Emma caminando por el bosque en dirección a la playa secreta.

-hey Emma

Emma se sobre saltó un poco

-lo siento no quise asustarte

-descuida, sólo me sorprendiste y a propósito ¿que estás haciendo por aquí?

-bueno ya que hoy no pudimos tener nuestra cita a la hora planeada pensé que podríamos tenerla ahora

Emma abre la boca para hablar pero Nathan se le adelanta -antes de que digas algo, no será mucho tiempo, solo quiero mostrarte algo

-de acuerdo -dijo con un asentimiento de cabeza y una sonrisa

-sonrió -ven -él la tomó de la mano y comenzó a caminar

Ellos caminaron por el bosque y detrás de una pared de plantas se encontraba una laguna y un jardín lleno de todo tipo de flores rosas, gardenias, tulipanes y girasoles.

Emma se queda sorprendida al ver la laguna y todo el lugar iluminado solamente con la luz de luna

-es... es, es hermoso

-y eso no es todo... mira -dijo tomando su barbilla y haciendo que lleve su rostro hacia arriba encontrándose con miles de estrellas brillando en el cielo -es increíble no crees, las estrellas tienen su propia luz... igual que tú -dijo dejando de ver al cielo para ver a Emma quien unos segundos después hizo lo mismo

Narra Emma 

Sus ojos color cielo me miraban dulcemente y nuestras miradas se encontraban, sus ojos brillaban con la luz de la luna y las estrellas, un leve sonrojo se dibujó en su rostro lo que lo hizo verse tierno y sonreí al verlo

-aamm quería preguntarte -bajo su mirada -si tu -dirigió nuevamente su mirada a mi
-¿quieres ser mi novia?

-sí -le respondí con un leve sonrojo. Ambos nos mirábamos fijamente y el se acercó a mi y yo a él terminando con el espacio que nos separaba, nuestras respiraciones se volvieron una y nuestros labios se unieron en un beso

 Ambos nos mirábamos fijamente y el se acercó a mi y yo a él terminando con el espacio que nos separaba, nuestras respiraciones se volvieron una y nuestros labios se unieron en un beso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ambos se separan

***

Los dos se encontraban en la laguna sentados en el césped

-¿sabes? cuando dijiste que podríamos tener la cita y no me dejaste hablar iba a preguntarte si no estabas cansado por el trabajo

-sí supongo que debí dejarte terminar, pero hay que vivir cada día como si fuera el último ¿no lo crees?

-sonrió -tienes razón, pero seguro que no estas cansando

-oye si quieres irte sólo dilo -dijo divertido

-no, no, nada de eso, me encanta estar contigo

-y a mi contigo, y respondiendo a tu pregunta... descuida no estoy cansado, estoy bastante acostumbrado a trabajar en el verano

-debe ser difícil ser casi el dueño de toda una cadena hotelera

-¿que te hace pensarlo? ¿el hecho de que te mentí a ti y a los demás para que no fueran falsos conmigo? ¿o porque conoces a alguien más con toda una cadena hotelera? -bromeó y rió levemente

-sonrió -por lo primero y por lógica supongo, dicen que si haces lo que amas nada es tan difícil pero tengo el presentimiento de que ni siquiera te gusta

-y tienes razón -se levantó y se acercó a la laguna -pero cuando eres el mayor eres el primero que tomará la responsabilidad -tomó un par de piedras pequeñas y comenzó a arrojarlas a la laguna

-pero tus padres no lo saben -dijo sentada detrás de él

-no, ellos creen que la razón por la que quise trabajar en el restaurante fue para ver de primera mano los servicios que ofrece el hotel -lanzó una piedra y esta rebotó en el agua

-por eso creen que si te interesa
-se levantó

-sí, cuando en realidad fue por...
-no continúo

-por... ¿que? -se acercó a Nathan cuando el estaba de espaldas 
-continúa

La Surfista Y El Hotel De Los EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora