Eres Hermoso

"Simple"

Solo cuando crees que todo tiene un orden y algo nuevo aparece, el caos se desatará...¿Y si ese caos es necesario?

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-¿Cuándo vendrá~?- se quejaba como un niño pequeño mientras se distraía en clases.

-Shh, ¿que no puedes guardar silencio aqui?- le reprimió su compañero mientras anotaba lo que el profesor escribía en la pizarra.

De pronto JongDae alzó la mano y el señor se fijó, por lo cual le dio permiso de hablar.

-¿Sí, joven Kim?

-¿Sabe a qué hora vendrá?- preguntó con toda la seriedad posible, logrando confundir a muchos mientras que el resto de la clase se echaba a reír por la reacción del profesor.

Baekhyun abrió los ojos, y antes de que insistiera con eso o dijera algo más, abofeteó su mano para que la bajara la y le fulminó con la mirada.
Prosiguió con crear una excusa que fuera más o menos creíble y la clase siguió su curso después de todo.

Una vez acabara la hora de clases, los chicos se apresuraron en salir del aula. Sin embargo, Chen se había se quedado pensativo y no notó que era el único en aquella sala hasta que escuchó el sonido de la puerta abrirse.

-Oh, ¿me habré equivocado de aula?- comentó en voz alta un chico al notar la presencia del otro. Revisó una planilla que llevaba consigo y observó nuevamente el número para asegurarse.

-Es la sala 307- comentó JongDae con desinterés.

-Ah, claro. Gracias- dijo un poco confundido al volver a observar el papel con el número anotado y comparando la información que el chico le había emtregado. No le dio más vueltas al asunto y fue hasta uno de los asientos desocupados, cerca del escritorio del profesor y se instaló allí tranquilamente.

JongDae lo siguió con la mirada y sintiendo que ya lo habría visto en algún lado. Negó con la cabeza ante tal idea y luego se marchó del aula, aunque el otro chico le habló antes de salir.

-¿De casualidad eres Kim JongDae?

El chico se giró hasta el contrario y asintió lentamente.

-¿Por qué lo preguntas?

-Yo...- bajó la mirada unos segundos y luego volvió a mirarlo con una expresión neutral- Lo siento mucho- e hizo una reverencia, desconcertando al otro.

-¿Eh? ¿Lo sientes por qué?

-Yo...- iba a responder cuando notó que más chicos comenzaban a entrar al aula, indicando que la conversación quedaría pospuesta.

Y sin más que decir, el de sonrisa felina se fue a la siguiente clase.

Luego de un día bastante aburrido para él, por fin estaba libre. Era viernes y el sol brillaba como nunca. Como si jamás se hubiera desatado tal tormenta ayer. Decidió que era un buen momento de ir a ver a su baozi y aprovechar de "invitarlo" a salir (aunque en el fondo sabía que terminaría por secuestrarlo para sacarlo de su cuarto).
Sonrió ante aquella idea y fue camino a la salida principal, pasando por la oficina donde pudo observar a alguien que se parecía a Minseok, pero la diferencia era que este no era pelirrojo, sino de un color negro y tenía otro tipo de corte.
Se preguntó mentalmente cómo se vería el pequeño con ese estilo y tinte, siendo claramente obvia para él la respuesta.

"¡Es obvio que todo se le vería bien en él!"

Salió del establecimiento y se apresuró en llegar a casa para cambiarse y arreglarse un poco antes de ir por el chico.
Cuando llegó a la entrada de la casa del baozi, notó que todo estaba a oscuras. Frunció el ceño ligeramente, ya que le resultaba extraño.
El más pequeño siempre tenía la luz de la sala encendida, y si estaba apagada podría significar dos cosas.