Nada fuera de lo habitual

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"Un suspiro más, un suspiro menos"

Minseok no sintió que aquella mañana fuera distinta a las otras, pese a haber recibido el día anterior la noticia de que su vida no duraría más de dos años.

A decir verdad, lo estaba tomando como algo normal, incluso llegaba al punto de hacer chistes consigo mismo de sólo imaginar su expresión al recibir aquella noticia, o la del doctor. Luego cayó en cuenta de que el señor de bata blanca llevaba tanto tiempo atendiéndolo que ya sabía que claramente "sorpresa" no estaría dentro de sus opciones.
Se frotó entonces los ojos con molestia, odiaba las mañanas, odiaba tener que salir a las calles con el frío que hacía, odiaba la universidad por estar afuera y tan lejos de su hogar, obligándolo a tomar el metro con un montón de desconocidos irrumpiendo en su espacio personal...

En fin, odiaba todo. Como era habitual

Se dirigió a la cocina donde su desayuno yacía sobre la mesa junto a una nota de su madre pidiéndole que lo coma y no olvide que ella llegará tarde por cuestiones de trabajo.
Miró hacia la sala y luego al patio a través de la ventana, no encontró el auto de su padre así que quizás no volverá pronto tampoco.
Bueno, no se hace mucho drama con ello y ahora centra su atención en la taza de café que tiene un aromas bastante llamativo y a un lado un platillo con tostadas y huevos revueltos.
Su estómago gruñe y es como una señal para proseguir.
Toma una de las tostadas y le echa encima los huevos, cuando está a punto de masticar y saborear aquella mezcla, su mano inconscientemente se detiene y con ello su boca se cierra inmediatamente. Observa una vez más lo que sostiene su mano y no puede evitar sentir una impotencia ante su inseguridad. Es lo de todas las mañanas, y siempre acaba por frustrarse, tirando al tarro de basura los restos, soltando algunas maldiciones y casi obligándose a tomar el café con claras muecas de asco.

Otro poco y su estómago le habría hecho devolver el líquido amargo.
Ahora viene la elección de prendas. Aunque no lo parezca, tiene bastante ropa a la moda y que le quedaría bien, pero entre todas esas posibles opciones sólo opta por un pantalón suelto, una camisa ancha y una chaqueta dos tallas más grande a la suya. Finalmente, unas zapatillas algo desgastadas, y está listo para otro día de perder el tiempo escuchando hablar a un desconocido, convivir con desconocidos, ser ignorado por desconocidos...

Nada fuera de lo habitual

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JongDae se despide de sus padres desde la entrada, haciendo un gesto con la mano a través de la ventanilla del asiento del copiloto del vehículo y mostrando su típica sonrisa, momentos antes de volver al puesto del conductor y emprender su camino rumbo a la universidad.
Hoy parece ser su día de suerte, no hay mucho tráfico en las calles, el día no ha estado tan frío como dijo el señor del clima y el sol parece comenzar a iluminar la ciudad con cierta intensidad que lo vuelve poco a poco un ambiente agradable.
JongDae cree que hoy será un gran día, y para celebrarlo enciende la radio de su auto.
¡Qué coincidencia! Es la canción que más le gusta de su grupo favorito.
Tararea de forma tan precisa en los tiempos que uno creería que él fue quien la escribió.

"En verdad que hoy será un gran día" piensa el chico de cabellos castaños.

Cuando termina de guardar su auto dentro de los estacionamientos del campus, se dirige hacia su facultad correspondiente para entrar a la primera clase de aquella mañana, la cual está a solo minutos de dar inicio.
Comienza a acelerar el paso a medida que el pasillo se va llenando de alumnos de otras carreras. Zigzaguea entre la multitud para llegar pronto a su sala, la cual se puede ver a lo lejos.
En un momento de distracción tropieza y choca con alguien, haciendo a éste último caer de bruces al suelo. Cuando se percata e intenta de mostrarse amable y disculparse, queda en una especie de estado de shock.
Aquellos ojos almendrados lo miran con tanta intensidad que juraría de él salen llamas. Comienza a examinar su rostro con más detenimiento, descubriendo una tez pálida como la nieve, unas mejillas regordetas como las de una ardilla, ojeras bastante notorias y su ceño fruncido mientras inconscientemente muerde su labio inferior, los cuales son de un tono rosado.
Admira aquellos rasgos otras fracciones de segundos antes de escuchar quejas por parte de quien ha llamado su atención.
-¿Acaso estás ciego o eres idiota?- dice el chico con sincero desprecio antes de levantarse y tomar su mochila mientras le dirige una última mirada de odio y se mezcla entre la masa de estudiantes hasta perderse de vista.
JongDae aún no sabe exactamente lo que acaba de ocurrir, pero el sonido de su teléfono lo devuelve a la realidad. Revisa la pantalla y descubre un mensaje de su compañero Baekhyun, avisándole que ya casi dan inicio a la clase. No lo piensa dos veces y se echa a correr, olvidando por un momento aquel rostro que le parecía adorable, a pesar de haber mostrado una expresión de molestia y profundo odio.

No puede asegurar qué es, pero aquel chico tiene un algo que le atrae. Nunca le ha fallado su intuición, y ésta no sería la excepción.
Mientras más rápido sepa de qué se trata, más pronto podrá olvidarlo.
Después de todo, es algo común en él...

Continuará...

¡¡Hola!! 😄😄😄
Bueno, aquí les traigo otro capítulo de esta nueva historia.

Y con este primer acercamiento entre ambos protagonistas, ¿qué creen ustedes que pasará ahora? ¿JongDae podrá ganarse la simpatía de un cerrado Minseok?

Y bueno, espero lo hayan disfrutado, voten, comenten, etc etc y sean muy felices nwn
Eso~ 💕💕💕

Eres HermosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora