Y una cosa llevó a la otra...

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Kim Minseok, tú me gustas- afirmó con seguridad aquel chico mientras notaba como su rostro dejaba mostrar una serie de reacciones.

El recién nombrado tenía los ojos ampliamente abiertos y su quijada por poco y se caía hasta el suelo, peropor suerte logró mantenerlos levemente entreabiertos en un intento de contener su sorpresa.

No se lo esperaba, claramente.

Mucho menos viniendo de esa persona que en esos instantes parecía divertirse con sus gestos y evidente confusión.

Tampoco podía entender cómo fue que ambos llegaron a este punto -que claramente le parecía algo totalmente descabellado-.

Quizás si trataba de hacer memoria, podría hallar algún indicio que le explicara qué fue lo que pasó...

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De acuerdo, había pasado ya un mes desde que tuvo su último ataque en la universidad y en presencia de otros.
Desde ese día, pudo percibir que varias cosas habían comenzado a cambiar de una manera...incómoda para él.

-Min-ge, ¡vayamos a comer a la cafetería nueva después de clases!- dijo animadamente el chico a su lado mientras una amplia sonrisa se formaba en su rostro.

-No quiero- dijo mientras trataba de evadirlo apresurando sus pasos.
Algo que apenas pudo conseguir pues el menor insistió y le obstruyó el camino antes de siquiera darse cuenta.- Luhan...- le llamó con tono severo, pero este ni siquiera se inmutó un poco.

-No te me escaparás tan fácilmente- afirmó con un tono seguro y sin borrar esa sonrisa que, por alguna razón, al mayor le causó un escalofrío.

Sin esperar otra respuesta de su parte, el menor se fue casi corriendo hacia su facultad, pues sus clases estaban por comenzar al igual que las del baozi, quien no tuvo más tiempo qué perder y entró a su sala correspondiente, procurando sentarse al final de la sala, queriendo pasar desapercibido por todos.

Suspiró mientras se acomodaba y dejaba caer su rostro sobre la superficie del mesón, con el fin de poder descansar los ojos un momento antes de que el profesor llegara.

-Luces agotado- una voz curiosa le habló y entonces el mayor se tensó, deseando que no fuera hacia él que se dirigieran esas palabras.

Al final, la curiosidad pudo con él y ladeó un poco su rostro para descubrir a un chico de cabellos negros que combinaban de cierta forma con lo pálida que era su piel. Siguió inspeccionándolo en silencio, restándole importancia si aquello le molestaría al otro, pudiendo reconocer unos labios que graciosamente tomaban una forma de corazón, y tampoco pudo pasar desapercibido aquellos grandes ojos que le observaban con completa atención. Podría jurar que ni siquiera parpadeaba.

-No tienes idea- contestó finalmente antes de volver a ocultar su rostro y soltar otro suspiro.

-Y eso que aún no llega el período de exámenes- soltó con cierto sarcasmo antes de reincorporarse en su asiento y mirar hacia adelante. De pronto algo vino a su mente y observó de reojo al chico a su lado, quien parecía estar a punto de quedarse dormido.- Por cierto, nunca te había visto. ¿De qué carrera eres?

-Algo de...ciencias supongo- dijo sin darle demasiada importancia.

-Entonces, ¿qué haces en una clase de composición?

Minseok frunció el ceño ante sus palabras, para luego erguirse y fijarse a su alrededor. Estaba seguro que se trataba de su sala correspondiente, la sala B67.
Pero a medida que más chicos llegaban se dio cuenta que todos esos rostros le eran de completos desconocidos.

Eres HermosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora