Quisiste ver más allá de lo que tus ojos te muestran, y acabaste herido.
Pero, ¿en verdad solo es dolor lo que te provocó?
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.Minseok ya llevaba unas semanas bajo el cuidado de aquel chico llamado Junmyeon. Aunque en un principio se mostró distante y en varias ocasiones quiso no volverse una molestia e irse de allí, el menor le repetía e insistía en que se quedara.
Sin darse cuenta, había comenzado a abrirse poco a poco a él. A veces, cuando el chico llegaba de sus clases, le comentaba sobre algunas cosas que hacía en el día y, aunque no fuera alguien muy gracioso, le sacaba de vez en cuando unas leves sonrisas.La universidad era un tema que aún no le tomaba peso. De hecho, mucha veces pensó en dejar los estudios y solo buscar trabajo para rehacer su vida.
Pero Junmyeon le convencía de que le ayudaría en el futuro.-A veces te pareces a mi madre- comentó un día mientras fijaba su vista en el televisor.
-¿En serio?- reía divertido por aquella comparación. El ahora pelicastaño asintió ligeramente con la cabeza sin voltearse.
Luego de unos minutos en donde el silencio entre ambos se daba como una rutina de cada mañana, el menor se levantó y le hizo un gesto para que comenzara a moverse.
Minseok soltó un bufido de molestia como si fuera un niño pequeño, pero apagó la pantalla y le siguió hacia la salida, donde el auto del otro les esperaba.Mientras era llevado por éste, de vez en cuando intercambiaban palabras durante el trayecto, y al momento de bajar, Junmyeon le hacía un gesto con la mano y un recordatorio de que iría por él a buscarlo.
Después de perderlo de vista, Minseok se dio media vuelta hacia la entrada del campus y soltó un profundo suspiro.
Tomó con fuerza su mochila y fue rumbo a su sala.
Pero durante su trayecto, una mano le tomó del brazo y con un movimiento brusco lo arrastró hasta una sala en esos momentos vacía.Al percatarse de quien se trataba frunció el ceño y lo fulminaba con la mirada, mientras que el otro solo sonreía por su reacción.
-¿Ya has decidido volver? Estos días habían sido de maravilla sin tener a alguien tan deprimente por aqui. Oye, ¿qué tal te fue con tus amiguitos?
-¿Ahora te interesa mi vida?- dijo con sarcasmo y soltándose de su agarre bruscamente- No tengo por qué responder a eso- y fue hacia la puerta, siendo detenido por el contrario.
-¿Ya olvidaste tu posición?- le observó con una expresión y tono de voz más serio, jalándolo hasta alejarlo de la puerta y colocándole a esta el seguro.
Minseok tensó su cuerpo al escuchar el sonido de la puerta y se quedó viendo al chico.
-Oye - siguió este mientras se giraba hacia el mayor y lo acorralaba contra la pared- ¿debería recordarte a dónde perteneces?
No esperó a que diera una respuesta de todas formas, y simplemente comenzó a hacerle memoria a su manera. Los golpes.
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.-Chen, ¿puedes dejar de hacer eso?- le regañaba su compañero mientras observaba al chico con molestia.
-¿Hacer qué?- dijo distraído.
-Deja de hacer sonar ese lápiz. Me desconcentras- respondió mientras trataba de leer bien la información de aquel portafolio que les había entregado el profesor para un trabajo en parejas, siendo obviamente JongDae su compañero para el trabajo. Aunque ahora se lamentaba de haberlo escogido.
JongDae al escuchar su comentario, sonrió ladinamente y comenzó a hacer sonar aún más el lápiz. Le tomó poco tiempo lograr su objetivo a medida que notaba como Baekhyun fruncía el ceño cada vez más y tensaba la mandíbula. Pero antes de que este pudiera reclamarle sin medirse, el anuncio del final de la clase los hizo reaccionar.
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Eres Hermoso
De TodoMinseok es un chico que tiene muy baja autoestima, jamás ha podido sentirse bien consigo mismo, y todo su mundo parece derrumbarse cuando le dan una noticia terrible. JongDae es un chico bastante agradable y confiado, pero tiene un pequeño defecto...