Capítulo 40

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Louis rió bajito, y asintió diciendo:

—Bien —miró a los ojos de Harry—. Lo intentaremos, ¿de acuerdo?

—Bien —asintió el ojiverde.

El ojiazul rió por la nariz y se inclinó para dejarle un beso en los labios al rizado y luego alejarse nuevamente.

Los dos se encontraban sentados en la alfombra que Louis tenía en el suelo de su casa. Sentados como indios, Louis intentaría que el rizado dijera un par de palabras. Tal vez.

Harry respiró hondo y asintió como si estuviese preparado para lo que venía; y en realidad lo estaba.

—Vamos con una fácil —dijo Louis, y se inclinó otra vez al rostro de Harry—. Di "amor".

El ojiverde ladeó su cabeza y rió ligeramente; se acercó más a su chico y sonrió divertido. Para luego decir cerca de sus labios:

—Amor.

—Eso creí —dijo Louis sonriendo, y Harry besó su sonrisa.

Y por Dios.

Debía admitir que Louis tenía una sonrisa que podría calmar todas las guerras del mundo. Era tan bella. Tan única... no era hermosa. Era tanto para una simple palabra. Era increíble e impresionante como él podía sonreír y Harry inconscientemente hacerlo también. Era tan maravilloso como una sonrisa podía hacerte inmensamente feliz.

Porque era la verdad.

Lastimosamente podía quedar siglos y siglos mirando la sonrisa de Louis

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Lastimosamente podía quedar siglos y siglos mirando la sonrisa de Louis. Es que... por Dios, ¿no lo ven? Es tan bonita, y le dolía tanto. ¿Cómo alguien tan hermoso puede ser real? A veces sólo quería tocar el rostro de Louis y decirle que era precioso. Que hasta cada una de sus pestañas era la perfección incontrolada del mundo.

Sin intención alguna, sonrió mirando a Louis marcando sus hoyuelos.

—¿Harry? —llamó Louis buscando la mirada del rizado—. ¿Estás conmigo, pequeño?

El rizado salió de sus pensamientos, y asintió algo aturdido.

—Sí... —le sonrió ligeramente.

—De acuerdo, pequeño —dijo el ojiazul—. Di la siguiente palabra: "Novio".

Harry lo miró a los ojos. Estaba un poco sorprendido pero no sabía muy bien por qué.

Louis se colocó nervioso, y carraspeó.

—Ya sabes, Harry —dijo bajando su mirada—. Novio. Tú sabes decir "no", pues intenta agregarle unas letras. ¿Bien?

El rizado llevó su mano al mentón del castaño para que éste lo mirase, y asintió.

—No... —carraspeó el rizado—. Nov...

Las últimas letras lo dijo silenciosamente

Louis rió ligeramente.

—Puedes hacerlo —le corrió un rizo de su frente—. Sólo intentándolo otra vez.

LOU | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora