LOU | Larry Stylinson

Capítulo 48

—Yo...

¿Por qué paró de hablar?

¿Por qué ésta vez las palabras no salían? ¿Qué tanto le daba miedo? No era nada grave.

Tal vez... tal vez Louis se alegraba de que él lo fuera.

—Harry, ¿estás bien? —Buscó la mirada de su novio—. Si quieres decirme algo; sólo dilo... no me asustes así, mi amor.

Estaba seguro que no cambiaría nada.

—Soy ese niño —confesó—. El niño. El del columpio. Lou, yo escuché la manera en que tu abuelo te llamó y lo copié. Hasta el día de hoy te sigo diciendo así. Te sigo diciendo como él lo hacía.

Louis quedó mirándolo por unos largos y eternos segundos.

Parecía no creerle tanto.

Se alejó un poco.

Eso a Harry lo asustó, y tomó su mano entre la de él.

—Eso no es imposible —dijo—. Digo, no hay modo de que lo sepas.

Harry abrió la boca para hablar pero antes de hacerlo suspiró.

—Sí —dijo—. Te recuerdo bien. He soñado contigo siempre. Siempre soñé con un niño hermoso de ojos tan bonitos así comos los tuyos. Recuerdo bien como tu abuelo te llamó diciéndote "Lou" y  cómo... lo oí. Fuiste la primera persona que, a pesar de ser chicos, viniste a mí y me ayudaste aún así no fuera tan importante. Te vi tan pequeño y hermoso, y no tuve la oportunidad de preguntarte nada porque no podía decir nada. Pero... todos éstos años me llevé algo de ti. Algo importante. Llevé el "Lou" conmigo. Sin embargo siempre me sentí rechazado por todos pero estoy inmensamente agradecido de haber encontrando a mi Lou. —Estaba mirando sus manos pero Harry levantó su rostro, y miró a Louis; lo miró a los ojos—. Estoy feliz de haberte encontrado. Y me siento completo ahora. Ahora sí.

En todo momento que Harry habló con total fluidez la cual pareció sorprendente. 

No podía creer que había dicho todo eso.

Y... Louis parecía no haber parpadeado un segundo. Tenía la boca semi-abierta por el asombro de las palabras del rizado, y de repente una lágrima salió de su ojo izquierdo y Harry se dio cuenta que lo hizo llorar. Pero de felicidad. En verdad.

—Oh no... —dijo Harry preocupado—. Lo siento, amor. Lo siento. —Se lanzó encima de él para abrazarlo fuertemente y tratar de calmarlo.

—Eso fue hermoso —dijo Louis al borde de las lágrimas—. Fue hermoso. Y no puedo creer... oh Dios, no puedo creerlo.

Eso hizo sonreír a Harry, y se alejó para luego inclinarse al ojiazul y besarle los labios tan contento.

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—Harry, ya sabe decir electricidad sin trabarse —dijo Louis a Des, y Harry lo miró con suspicacia.

Des rió ligeramente, y asintió.

—Bien —dijo—. De acuerdo, dilo.

Harry miró con el ceño fruncido a su padre.

—No lo diré.

—Oh, vamos —dijo Louis—. Vamos, amor. Dilo.

El rizado se acomodó sobre el sofá, y cruzó sus brazos.

—Claro que no lo diré —repitió, y Des levantó las cejas—. No lo diré.