C i n c o.

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La escritura de la niña fue interrumpida por el sonido de la puerta del baño abriéndose.

─ ¡¿Qué haces?!─ gritó el padre asustado al ver a su hija en tal estado.

─El volvió─susurró la niña.

El padre no entendió lo que quiso decir su hija, pero le sacó el diario de una manera algo busca.

─El volvió─dijo la niña en un tono más alto, meciéndose de adelante hacia atrás repetitivamente, asustando aún más al hombre.

─ ¡Basta!─Gritó él sujetando a su hija de los hombros para que dejase de hacer eso, dejando el diario en el suelo.

─El volvió, me hará daño otra vez —Susurró la niña, pero en realidad no le hablaba a su padre.

El estado de la niña empeoraba, balbuceaba cosas sin sentido con la mirada perdida, ignorando los gritos de su padre.

Pasaron minutos, quizás horas hasta que él desvío la mirada y se levantó decidido.

─Vamos.

─¿A dónde?—preguntó la niña, regresando en sí luego de un rato.

─A ... a un lugar. Estarás a salvo—dijo el padre para después salir disparado fuera del baño.

La niña se levantó agarrando su diario y escondiéndolo en su chaqueta fue a buscar a su padre, quien estaba en el auto llamándola.

Luego que Leslie subiera el padre algo nervioso arrancó el auto. Solo se escuchaban sus respiraciones irregulares en el ambiente.

«Si él dice que voy a estar a salvo, de seguro es verdad. Después de todo no puedo desconfiar de él, es lo único que tengo»Pensó la niña para después caer en los brazos de Morfeo, olvidando por completo sus pesadillas, solo se rindió al cansancio.

El diario de Leslie. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora