9. DE ARRIBA PARA ABAJO

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―Tampoco es que esta ropa me quede tan ajustada ―dijo Zella saliendo del baño. Llevaba unos pantalones vaqueros oscuros, y una camisa blanca que le había traído Logan de su habitación. De los pantalones no se podía quejar, pero la blusa le quedaba larga y algo holgada de brazos y axilas. Los zapatos, sin embargo, eran de Susan así que al menos algo tenía de su talla.

―Puede, pero no estás tan ridícula como antes, y no te quejes de los vaqueros, son de hace varios años y son de tu tamaño. Además, si estoy en lo cierto en cuanto a donde te van a llevar, tu ropa es bastante adecuada. ―Logan estaba de pie y seguía apoyado en el marco de la puerta con una media sonrisa, posiblemente recordando las pintas que llevaba Zella antes. Jugaba con un puñal que se había sacado de a saber dónde.

―¿Y a dónde crees que me van a llevar? Tu hermana me ha dicho que seguramente Zeon me presente ante el Consejo.

―¿Y ya sabes lo que es eso? ―Logan arqueó las cejas con interés.

―Se lo he preguntado, pero ha evitado contestar y ha empezado con otro tema, así que se me ha olvidado por completo.

―¿Y por qué te iba a estropear la sorpresa? La emoción de las cosas está en no saber lo que puede pasar.

―Dudo que esa teoría se pueda aplicar en este caso.





«Ahí están», pensó Susan nada más ver a unos metros al grupo de chicas junto a Ben.

Tanto el Conjunto como el joven sílex estaban con una cara entre nerviosa y expectante a medida que avanzaban por los pasillos decorados con un suelo de mármol, blanco y reluciente, así como con altas columnas de granito que sostenían un techo que parecía no tener límite. Los pasos de los jóvenes resonaban por toda la estancia, con un ritmo rápido y sonoro.

―¿No deberías estar con la chica? ―preguntó Ben cuando Susan llegó hasta ellos―. ¿Ha habido algún problema?

―Creía que necesitabais ayuda, al menos eso me ha dicho Lo... ―Susan cerró los ojos y sacó el aire que contenía, entendiendo lo que había pasado―. Cada vez estoy más segura de que mi hermano es un mentiroso patológico.

―Yo creo que lo suyo es más serio ―opinó Ben riéndose.

―¿Le has contado algo sobre nosotras? ―preguntó Kendall, que estaba impaciente por saber más de su amiga.

―Eso, ¿sabe algo de lo que está ocurriendo? ―continuó Jessica, sin darle oportunidad a Susan de responder.

―A mí me interesa saber si está bien ―repuso esta vez Megan.

―¿Tiene marcas o alguna secuela? ―siguió Ivy, exasperando a Susan.

―Chicas, Zella está perfectamente, y no, no sabe nada de vosotras. No he tenido oportunidad de contárselo.

―¿Y dónde está ahora? ―replicó Kendall.

―Logan le iba a ayudar a buscar algo de ropa para presentarla a alguien con mayor autoridad.

―Espera, ¿qué?

―¿Te refieres al Consejo? ―saltó Jessica asustada.

Todas se miraron, Ben también parecía extrañado.

―No está preparada. No sabemos lo que puede pasar, solo hay unos pocos casos documentados de gente que ha salido de ahí con vida, y los que lo hicieron, quedaron trastocados ―dijo Ben, declarando lo que todas estaban pensando.

―Pero ella es la Renacida, y sabes lo que implica ―contestó Susan―. Zeon me explicó que es fundamental que la Renacida conociera al Consejo, pero en realidad, no sé qué van a hacer con ella. Solo os he dicho una especulación.

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