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El día que empecé a leer sentado en la parada de colectivo, ella no llegó en ningún momento. La muerte se reía mientras me susurraba al oído "sentimientos humanos, tan divertidos"

Pero cuando el colectivo estaba avanzando se paró bruscamente, se abrieron las puertas y entró Alicia algo agitada. Mientras pasaba la gente le dio una mala mirada, al parecer todos querían llegar de inmediato a sus casas

Casualmente el único asiento vacío era el que estaba junto a mí.

Cuando se sentó y el colectivo empezó a moverse lo primero que hizo fue fijar los ojos en la revista en mis manos.

-¿También te gustan las celebridades? Yo casi tengo que caminar a casa para llegar a conseguir una de esas.


Amigo de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora