Amigo de la muerte

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Cuando llegué al hospital estaba consciente. Lo único que sentía era dolor y me ponía nervioso no poder hacer nada para calmarlo. Lo que veía era un montón de doctores arriba mío, ahogándome; mirándome con preocupación mientras gritaban palabras que no entendía, con algún significado médico. Logre voltear mi cabeza hacia un costado, aunque después me arrepentí, porque ese simple movimiento envió una red de dolor que se extendió a lo largo de mi cuello.

A mi lado estaba la muerte, con cara vacía, haciendo caso omiso a los doctores que pasaban a través de ella. La miré y me devolvió un gesto humano de compasión.

Pero en ese momento no pensaba en mí, había tres personas más en el auto además de mí. Por favor, mis amigos no; trate de decirle aunque sentía que tenía la garganta cerrada y nada más que un gruñido salió de ella.

Al verme una doctora con un traje azul oscuro y una bata blanca se acercó a mí y me tomo de la mano.

-Vas a estar bien- Afirmó.

Pero ella no entendía nada.

Seguí mirando a la muerte como en espera de que dijera algo, o que me matara de una vez.

De repente los doctores gritaron más fuerte lo que estaban diciendo y sentí la camilla en donde estaba moverse.

La muerte me acompañó hasta la puerta del quirófano, aunque no me acuerdo muy bien si también entró conmigo porque cuando estábamos por cruzar las puertas me dormí.