78

136 22 1
                                    

 Lloramos a Jason y a su cabeza, ahogados en líquido.

A quién les había vendido alcohol a esos menores de edad.

Al amigo de Millie.

Al funeral que tuvieron que organizar sus hijos.

A mi pierna, a la cual aún le faltaban seis cirugías.

Al hecho de que era probable de que nunca pueda esquiar con mi hermano en las montañas de Neuquén.

Al brazo de Millie.

A mis padres que nunca vinieron a firmar los papeles para darme de alta.

A servicios sociales que me preguntaron por qué mis papás no habían venido a firmar los papeles de alta.

A los cinco chicos que habían muerto por un error.

Al chico que vivió y había perdido a todos sus amigos.

A mi hermano que trataba de convencer a servicios sociales de ser mi tutor aunque todavía no podía conseguirlo.

A todos los papeles que tuvo que firmar y a todas las cirugías a las que me vio entrar.


Amigo de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora