CAPÍTULO 55

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Cuando Eva, la última en salir, cerró la puerta, Pedro se acercó a la camilla en la que ella descansaba, y esperó a que ella dijese lo que le quería preguntar:

- Bueno... Pedro, tú... ¿Tú me quieres?

- ¡Claro! ¿Por qué lo dudas? ¿Te has olvidado de los buenos momentos que hemos pasado juntos?

Ella iba a contestar, pero es continuó con su intervención:

- ¡Te juro que cuando salgas de aquí nos volvemos a casa y te llevo al Mar Menor!

Sus caras de felicidad se fundieron en un beso, como no podía ser de otro modo.

A los tres días, Ruth abandonó el hospital. Esa misma tarde, todos -menos Antonio- hicieron sus maletas para irse a Murcia.

Cuando llegaron, fueron a su casa a dejar su equipaje y a reecontrarse con sus familiares.

Tras las emotivas visitas, Pedro y Ruth se escaparon al Mar Menor, como se habían prometido: primero a las Salinas y, por último, a La Manga, donde se dieron su primer beso. Decidieron ir allí por último para recordar los viejos tiempos de su amor adolescente.

Ella se había convertido en una mujer. Él era ya un hombre...

Novela de Ruth LorenzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora