CAPÍTULO 62

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En el proceso de retirar aquella peculiar mezcla, se encontraron con un libro de tapas duras, de color rojo y de cuero:

- Ruth, de verdad, quedamos en que no me ibas a ocultar nada...

- ¡Te juro que no es mío!

- ¿Entonces que hacía debajo de tu cama?

- No lo sé... ¡Pero mío no es! -dijo con lágrimas en los ojos- ¡Te juro por mi vida que no sabía que estaba ahí!

Reinó unos segundos un incómodo 'silencio'... Hasta que Ruth exclamó:

- Que me corten la cabeza si eso es mío... ¡Ábrelo! ¡Ábrelo! A ver quién tiene razón...

Pedro sopló la tapa delantera... Estaba impresa la palabra 'diario' con una tipografía muy elegante. Tras detenerse un instante a observarla, decidió abrirlo ante la deseosa mirada de Ruth, que pedía 'a gritos' que lo hiciese. Pasó unas cuantas páginas hasta que apareció la primera página escrita, con una caligrafía bastante bonita pero que no era muy perfecta...

- Lee -ordenó Ruth.

Pedro comenzó a leer:

- «31 de junio de...» Aquí hay una mancha de...

Acercó su nariz al papel y, mientras que él lo olía, ella dijo:

- Es de café. Si le das un poquito con el dedo puede que se lea...

Segundos más tarde, Pedro lo confirmó. El problema fue que al tratar de limpiar el café, el papel se agujereó. Aunque todavía estaban enfadados, se lanzaron una sonrisa...

Decidieron pasar de página, pero había el mismo problema. En la siguiente a esa había otra mancha que ocupaba toda la fecha. En la siguiente, más de lo mismo...

- Bueno, casi mejor que la lea para comprobar -dijo Pedro en un tono serio- que esto no es tuyo.

Volvió a la primera página, la que tenía el agujero, y comenzó a leer...

Novela de Ruth LorenzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora