Ella se metió en el taxi y su madre se despedía de ella con la mano.
Durante el trayecto no dejó de llorar -y conmovió al taxista, incapaz de soportar verla en aquella situación-, a pesar de que iba a reencontrarse con la persona que le hacía ser la más feliz del mundo. Le costaba mucho despedirse de su madre, de repente y por primera vez, además sin saber cuánto tiempo tardará en volver a verla.
Cuando llegó al puerto tuvo que ponerse un jersey de lana, ya que aquel día hacía un poco de frío.
Fue directamente hacia la puerta de embarque para acceder a aquel transatlántico, que más bien parecía un hotel de cinco estrellas, ya que era inmenso. Allí, en la entrada, había una mujer con algo más de cincuenta años, a la cual tenía que entregarle la documentación necesaria para acceder al barco. Tras unos largos minutos esperando a que aquella señora terminase de revisar toda su documentación, exclamó:
- Perfecto, ya puede acceder a uno de los mejores transatlánticos del mundo en el que dispondrá de [...], esperamos que disfrute del viaje y que su estancia sea una experiencia para recordar. Ah, y me han comunicado que le haga entrega de esta nota, es muy importante.
- Vale, ¡muchas gracias, muy amable! - le respondió Ruth.
Tras oír todo lo que le había contado aquella mujer, cogió su maleta y se dirigió hacia la entrada de aquella inmensa embarcación. Entró y fue directamente a su habitación, la 233. Le echó mano a las llaves de su cuarto, abrió la puerta, dejó la maleta a un lado de la cama y se acostó en la cama. Ya tumbada, accedió a abrir aquella nota que le habían dado en la entrada.
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Novela de Ruth Lorenzo
RomanceEsta es una historia dedicada a Ruth Lorenzo y a su entorno más cercano. «Todo empezó un mes de agosto, rozábamos sólo 15 años pero supimos que éramos el uno del otro...» ¡Espero que os guste! Si quieres enterarte de fechas de publicación de más cap...