CAPÍTULO 72

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Guardó la nota en el bolso, asombrada ante la precisión de aquella persona para esconder las notas. Intuía que sería un chico, pero Pedro no estaba en la lista porque lo veía incapaz de planear todo.

Se fijó en que había un contador. Todavía quedaban dos horas. Dos largas horas de trayecto, sóla y aburrida, sin nada que hacer, salvo una. Sacó el bolígrafo y la nota de mayor superficie y se dispuso a escribir alguna canción para entretenerse.

Pensando sobre qué o quién escribir, en su mente sólo retumbaba un único nombre: Pedro. No lo entendía. Su cabeza le decía que Pedro no estaba tras aquellas notas, pero su corazón todavía tenía algunas esperanzas... Y como él era su única inspiración, le dedicó estos versos*:

«Todo empezó un mes de agosto
rozábamos solo 15 años, pero supimos
que éramos el uno de el otro»

Le había costado bastante empezar, pero el resto le fue saliendo prácticamente solo:

«Con el tiempo me convertí en mujer,
tú en mis ojos un superhéroe
pero fuimos libres,
libres para amar...»

En ese instante, el tren se detuvo. Había llegado a su destino. Metió todo en su bolso y bajó.

- ¡Buenas tardes! ¡Espero que haya disfrutado del viaje! -exclamó el revisor, dirigiéndose a ella.

Nada más salir de la estación, encontró al taxista que le había prometido la segunda nota.

- ¡Sube! -le dijo aquel hombre al verla salir- Yo le llevaré a su destino final.

- ¿Cuánto es? -le preguntó ella

- Ya está pagado, ¡usted suba!

Dudó unos segundos entre ir y no ir... Pero tras tantas horas de tren, tenía apenas alguna sospecha. Decidió sentarse en el asiento trasero izquierdo.

El señor que conducía era un poco mayor -ella le echaba unos cincuenta o sesenta años. Quizás por este motivo, la velocidad del vehículo no superaba los diecisiete kilómetros por hora... Ruth se desesperaba

De repente, el coche se detiene en mitad de la autopista. El taxista se quedó mirándola fijamente por el espejo retrovisor. Esta extraña situación, que la había incomodado mucho, terminó cuando el señor le hizo entrega de un nuevo papel. Nada más verlo ya sabía que se trataba de la tercera nota. La desdobló y comenzó a leer...

Novela de Ruth LorenzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora