10; Las despedidas.

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Estaba escondida.

No muy maduro de mi parte, pero odiaba las despedidas. Sabía que Evan a éstas horas, antes de irse, me buscaría para el estúpido último adiós, aunque probablemente nos volveríamos a ver, se sentía como si fuera la última.

Donde me encontraba, no era el mejor lugar para ocultarse, y Evan tenía claro que recurria a este sitio cada vez que no sabía que hacer conmigo misma o cuando ni yo me soportaba, supongo que era un poco de ambas en esta oportunidad. Suspiro y suelto un pequeño gruñido al final, dejo caer mi cabeza hacía atrás, apoyándola sobre la puerta de la escotilla que mantenía a él congelado.

— ¿Sabes?—Susurro, acerco las piernas a mí y descanso mis frías manos sobre las rodillas.—Creo que tú serás lo único permanente en mi vida. Todo mundo se va.—Trago saliva y evito que malditas lágrimas se hagan presente.—Todos me dejan, ¿Por qué?

No hay respuesta y aunque él estuviera despierto, tampoco la habría. Froto mi rostro con frustración, cada día me quedo mas sola, tengo a papá, pero a él no puedo hablarle de todo sin que en medio de mis desahogos me interrumpa con filosofías de la vida, no será lo mismo sin Evan Tate.

— Es estúpido que te hable, estás ahí, congelado, frío como malditamente eres despierto..., tampoco lo puedo evitar, es costumbre, quizá. —Miro la cicatriz que me dejó y la acaricio. —Una costumbre que creo nunca dejaré.—Observo la fría e insípida habitación, y me río, me carcajeó sin humor, parecería una loca a ojos de otros.—Serás mi único amigo aquí...¡Claro está!, Solo cuando estés en este estado...no con tus lindos ojos abiertos, por que así eres un bastardo sin corazón. Ahora me oyes, aunque en realidad no lo hagas, ¿tiene sentido?, Para mí si, Soldado.

— ¡Esto es lo mas bizarro que te he visto hacer, Charlie!—Pego un respingo y me levanto tan rápido que termino torciendome un pie, le lanzo una mirada asesina a Evan, que venía sonriendo encantadoramente como siempre.

—¡Que susto, Idiota!—Le gruño. Él da los últimos pasos y se sienta en una de las escalinatas que llevaban a la cámara de criogenización, yo me deslizo por la puerta de ella y adopto mi posición anterior.—¿Cómo entraste?, No te oí.

— Será por que estabas hablando apasionadamente con copito de nieve. Ni te diste cuenta cuando carraspee para llamar tu atención. —Rodee los ojos y bufé, miré a mi amigo y medio sonreí.

— ¿No deberías estar tomando un vuelo?—Inquiero. Él alza las cejas y observa su reloj de muñeca.

— Sale en dos horas, tengo tiempo suficiente para despedirme de mi mejor amiga escapista. —Frunzo el ceño hacía él, molesta.

—Sabes que odio las despedidas.

— No has tenido muchas, Cariño.

— Pero la única que tuve me destrozo por completo.—Murmuré, recordado aquella vez.

— Charlotte, mi chica ruda, yo soy un simple chico que supo entenderte durante todos estos años, lo superarás.—Comencé a negar tan rápido como dijo lo último, ni siquiera lo deje hablar nuevamente.

—¡No hables basura, Tate!—Espeté, temiendo romperme en llanto.—Eres mi familia también, me duele que te vayas...¡y parezcas tan indiferente! —Evan se molesta, lo veo cuando frunce el ceño y se levanta para llegar hasta mí.

—¿Parezco como si no me importara dejar ésta instalación?—Pregunta, agachándose s mi lado.—¿Realmente crees que estoy bien con dejarte?, Me conoces hace años Charlotte, obviamente me gustaría quedarme, por ti, pero son ordenes de arriba, no puedo hacer nada, y disculpame por tratar de hacer las cosas más fácil para ambos.

Raven Of Crystal || Winter Soldier ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora