13; Me odia.

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Hace cuatro años, Base HYDRA.

Mi pecho subia y bajaba de una manera rápida, mientras que, el sudor  me caía por la cara, las palmas de mis manos estaban humedas y se me dificultaba agarrar el bastón eléctrico. El soldado estaba al otro lado de la colchoneta, con el mismo artilugio entre sus manos, esperando que me acerque a él, no lo haría, por lo menos trataría de hacer que este duro entrenamiento acabara, por lo menos por hoy.

— ¿Sabes?, Creo que, si me das otra descarga terminarás haciendo que muera electrocutada—medio bromeo y medio le suelto lo que me está atormentando ahora—. ¿Por qué no paramos un rato?

— No creo qué a tu contrincante le pidas unos minutos para recomponerte, ¿No?—suelta con veneno—. ¿Qué clase de agente eres?

Ruedo los ojos y sé que le molesta, una vez, no hace mucho, me dijo que parecía una cría de cinco años poniendo los ojos en blanco, ya qué, él tipo literalmente iba a terminar matandome si seguía asi, y yo tan débil, ¿Qué acaso no he aprendido nada de él durante éstos años? 

— Ya va, yo solo de...

Y no alcancé a decir lo siguiente cuando el soldado me tenía contra el muro y el bastón sobre mi cuello, cortado la circulación de aire a mis pulmones. Sus ojos transmitían enojo y rabia, sabía que era una alumna bastante distraída, molesta y alguna veces mediocre, pero me asustaba como la mierda en algunas ocasiones.

— ¿Ves lo que sucede, Zeller?—gruñó con los dientes apretados, mirándome fijamente, yo posicioné mis manos sobre las suyas, tratando de apartarlo de mi, pero prácticamente era imposible—. No recuerdo cuantas veces te he dicho que tienes que estar atenta, en alerta cada segundo.

Cuando mi visión se empezó a nublar, sentí como aflojó un poco, no tanto para dejarme ir, pero si para poder respirar mejor.

— D-de hecho, mu-muchas—respondí—. Lo siento, es solo que tu...me desconcentras demasiado.

— Ese no es el punto, Charlotte—me habló sin tanto veneno en su voz, incluso podría decir que hasta me charló con calma.

— Toda mi vida he sufrido de problemas de concentración.

— Tampoco quiero excusas—escupió.

¿Cuándo iba a sacarme el bastón del cuello?, No es que me esté quejando del hecho que me tenga acorralada, por que, en cierto modo, puedo ver con claridad sus intensos ojos azules o la tristeza en ellos, pero en serio me estaba poniendo muy incómoda su cercanía.

— ¿Será qué puedes retroceder un poco?—le pedí con un hilo de voz.

El soldado observó mi rostro por unos largos segundos en el cual, éste se sonrojo a tal punto que podía sentir mis orejas arder y después me soltó, dándose la media vuelta. Aproveché ese descuido e intenté atacarlo, de verdad pensaba que podía hacerle algún pequeño daño, aunque sea sorprenderlo, pero él era tan malditamente bueno, que en un dos por tres, ya estaba en el suelo y el soldado con los dos bastones entre sus manos enguantadas. Me miró desde arriba, con arrogancia y juraría con una tenue, casi imperceptible, sonrisa sobre sus labios.

— Buen intento, agente—habló, acunclillándose al lado mio—. Eres demasiado estúpida, pude oir perfectamente como avanzaste hacia a mi, no eres tan sigilosa.

Tu eres el idiota, pensé.

— Tal vez para la próxima, niña.

Dicho eso, dejo las armas sobre el suelo y se fue, dejándome sola, enojada y fastidiada. Me odia, lo sabía, me odiaba por que detestaba la idea de entrenarme, no tenia claro por que, aunque Evan me dice que soy un dolor en el culo algunas veces, pero eso tampoco era razón, aquí, él es el profesional, debería tenerme paciencia. Y me la tiene, confesé internamente, pero, ¿Por qué era tan malo?, Debería solo entrenarme y no decirme lo inútil que era cada jodido segundo.

Raven Of Crystal || Winter Soldier ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora