11; No vuelvas hablarme de él.

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Tiempo actual.

Base HYDRA, Rusia.

Me despierto a media noche, sudada completamente y con mi corazón tam acelerado como una locomotora. Pongo mi mano sobre mi pecho, como si de alguna manera pudiera apaciguar el alocado ritmo de ese músculo tan vital. Miro el reloj, y me doy cuenta que apenas son las 4:47 de la madrugada, suelto un suspiro de frustración. No dormia bien hace días.

Mi cabeza tenía en la menta a una sola persona, Evan Tate. Estaba asustada, temía por su vida o lo que podría ocurrirle si lo descubrían, seguramente lo matarían, no podría soportar eso, sería el dolor mas grande que podría sentir, ni siquiera tenía como saber que estaba bien, nos tenían prohibido comunicarnos y eso era peor que cualquier agonía.

Así que no aguanto mas, tenia que despejar mi mente, me levanto de la cama y me abrigo con una sudadera roja, pongo sobre mi cabeza la capucha y agarro mis zapatillas desgastadas, cuando estoy lista, salgo de la habitación lo más sigilosamente que puedo.  Increíblemente ya hay gente deambulando a estas horas, me miran de arriba a abajo, quedándose en mis pies descalzos, ahí recién me doy cuenta de ello, así que raudamente me los coloco con una sola mano.

Pululo un rato mas por los pasillos oscuros de las instalaciones, y pienso en el único lugar donde podía estar tranquila a estar horas y desestresarme un poco, el gimnasio,–habia otro lugar y no me sentía con las ganas de ir–pero cuando llegó allá, me doy cuenta que, no estaré sola y difícilmente podría desestresarme como quería. Ya había una persona adentro, golpeando anímica y ágilmente el saco de box, me quedo un rato bajo el umbral de la puerta, mirándolo.

— Eres muy hábil.—digo después de segundos, causando que él se detenga y voltee a verme con sorpresa—. Hay que decirlo.

Él agarra una toalla del suelo y seca el sudor de su rostro enrojecido, en ese lapsus, me acerco y quedo frente a frente, me da una sonrisa tímida que respondo con un asentimiento de cabeza.

— Ese es un gran alago viniendo de tí.

— ¿Qué quieres decir con eso?—inquiero un tanto ofendida por el tono de voz que utilizó. Se rasca la nuca con nerviosismo y me observa a través de sus largas y doradas pestañas.

— Me sorprende que me alages siendo que no fuiste muy amable al principio.—comenta, y me siento un poco mal por ello, solo un poco—. Aparte, me dijeron que eras un tanto arisca.

— ¿Arisca?—me rio—. ¿Quien te dijo eso de mi?

— Digamos que el agente Petrov te tiene un gran cariño, y respeto también, por que me dijo que no mencionara lo que él había dicho frente de ti.—por supuesto que había sido Kurt, quien mas sino, pero no me molestaba, de todas formas, era tal cual como él ha dicho.

—  Bueno, creo que está bien viniendo de él.—argumento en defensa del amigo de papá.

Roar se deja caer en la colchoneta que está bajo nosotros, agarra una bebida energizante y se la bebe casi toda, me ofrece, pero yo regazo la oferta.

— Tomo té por las mañanas.—dejo salir sin poder detenerme, no sabía por que había dicho eso, tal vez sea por que estaba se sensible por la ida de Evan, o quizá por que realmente quería ser amable con el tipo—. Y dime, Randal, ¿por qué despierto a estás horas?—le cambio el nombre, otra vez, y sonríe.

Me dejo caer en el suelo también, me quito la capucha y soplo algunas hebras de mi cabello que cayeron sobre la cara.

— Es Roar.—me corrige amablemente—. Y creo que aún tengo problemas con el horario de aquí.—puedo notar una profunda tristeza en sus ojos claros, tal vez recordó algo de su país que lo puso así—. ¿Y tú? ¿qué haces despierta ha estás horas?

Raven Of Crystal || Winter Soldier ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora