Capítulo: #6 Acercamientos en nuestro encuentro

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Mi cuerpo se tensó al escuchar eso. ¿En verdad eso importaría o ocasionaría algún conflicto?
- Pues… no, pero… es que… amm… era. -
- ¿Era? ¿Ya no? - Preguntó de repente muy interesado, lo que me pareció muy raro, esperaba algún tipo de burla o reclamo pero nada.

-No, ya no - Respondí serio.
- ¿Qué ocurrió? -
- Preferiría no hablar sobre ello -
- ¿Te engañó o algo? - Preguntó.
Bajé mi mirada ¿Tenía que recordarlo?
- Sí -
- Pero - Empezó y después calló de nuevo, como si hubiera estado pensando lo que iba a decir o debatiéndose si decirlo o no - ¿Aún… sientes algo? - Me preguntó con cierto interés, que por supuesto noté. Y me pregunto si él lo habrá notado también.

- Yo… creo que, sí. Y aún así, después de todo, quiere regresar conmig pero yo no olvido ni perdono tan fácil - Después de eso el silencio reinó en todo el lugar, en verdad, ni los autos que transitaban por las calles de afuera se lograban escuchar. Me puse muy nervioso, quería decir algo para romper con eso, pero a la vez me gustó estar en ese pequeño silencio, fue como si estuvieras con alguien que ya conoces. Pasado eso, me entró el valor y logré decir algo - ¡Es un tonto! - Bufé. Creo que necesitaba soltar eso y lo escuché reír de nuevo.
- La mayoría lo somos - Otro silencio reinó, más grande que el anterior
- ¿A-aún lo… lo quieres? -
- Supongo que sí - Respondí sincero.
- Oh - Se oyó en tono decepcionado. Otro terrible silencio, de esos que te hacen cortarte las venas… bueno, no tanto así, pero era un poco incómodo y a la vez placentero - Me ha agradado charlar contigo… fue muy amena la plática, me hiciste reír más de una vez… así que te mereces tu día, hoy no haremos nada ¿Te parece?- Su tono de voz volvió a sonar algo prepotente, pero no lo suficiente como antes… hasta se oía seductor… ¡¡¿Qué?!!...
- Anda, vete y te espero mañana -

Lo pensé por un momento. En mi subconsciente en verdad estaba el querer irme pero en verdad, yo no lo quería. Decidí hacerle caso y más porque estaba de buenas.
-Oh, bueno… entonces vengo mañana- Me levanté rápidamente de la silla. No valla ser que se arrepintiera al último minuto. Fue por impulso inconciente, que vi por la ventana… y allí estaban mis amigos, en la canchas y seguro si salía en ese momento iban a hacer muchas preguntas y lo peor de todo, iban a hacer un berrinche.

- ¿Te quieres quedar? - Dijo con tono serio.
- ¿Qué? - Pregunté intrigado.
- Bueno, digo, en lo que se van tus… amigos - Dijo con voz medio rara, lo que supuse que a lo mejor había hecho una mueca.
Sonreí casi inconcientemente y me volví a sentar en la silla
- Si claro, gracias -
- Así podemos estar juntos un poco más - Dijo en tono normal y… ¡esperen! ¡¿En verdad había dicho eso?!

[...]

- Creo que tus amiguitos planearon un complot contra ti ¿eh? - Me giré de la ventana al escucharlo hablar. Sonreí.
- Supongo. ¡Esos tontos no se van! -
- Deben saber que estás aquí - Me dijo suavemente.
- No lo creo, ya hubieran venido a buscarme -
-Deben estar esperando a que salgas - Dijo como si estuviera seguro de eso. Y me puso a pensar ¿Y si ellos en verdad sabían que yo estaba allí? Bien, decidí no pensar en eso, porque si era así, estaba jodido - Sal por la ventana - Me volvió a insistir, era como la sexta vez.
- No - Respondí seco - De todos modos se darían cuenta. Ellos me observan -
Dio un resoplido.
- Sí, claro -

En ese momento observé por la ventana que el cielo comenzó a ponerse algo gris… un momento después algunos crujidos y luces salían de él… estaba a punto de llover… ¡Genial! Algo más para agregarle a mi desgracia. El primer relámpago cayó y las gotas empezaron a descender.
- ¡Mierda! - Exclamé en tono cansado.
- ¡Hey! - Lo escuché acercarse a mí. Cerré mis ojos esperando lo peor. - No te permito malas palabras en mi casa -Me sorprendí mucho… mi cabeza quedó libre de cualquier ataque. Suspiré.
- Pero esto lo amerita -
- Claro que no, es sólo lluvia -
- Pero la lluvia suckea, hace que me moje - Escuché una pequeña risita cerca de mi oído.
- ¡Duh! Se supone que te moja. Además… la lluvia es lo más maravilloso que hay, la lluvia te puede limpiar y, cuando estás bajo de ella… se lleva tus temores, cómo si fueran suciedad… -

Fue en ese momento que despegué mis ojos de la ventana, miré hacia un lado y lo vi asomándose, sólo podía ver unos cabellos negros, un perfil… que debo decir que era casi perfecto, la poca luz de sol, que estaba por ocultarse se reflejaba en su rostro y eso le daba un toque naranja a su piel. Cierta parte de mí no podía y no quería dejar de verlo, pero otra, muy en el fondo, me decía que dijera algo, tan sólo algo… para no quedar como un completo idiota frente a él.
- Supongo - Dije sin pensar…

Para ese entonces el sol ya estaba por ocultarse completamente, por lo que su luminosidad era más intensa… la lluvia caía más recia y más intensa cada vez. Él se volteó para mirarme, pero yo no pude ver más allá de los mechones negros que cubrían su rostro… una verdadera lastima porque suponía que había algo maravilloso detrás de ellos, aunque tratase de ocultarse detrás de su escudo de dureza.
- ¿Supones? - Dijo y claramente vi un poco de su ceja fruncida. -Tú todo lo supones ¿No puedes estar completamente de acuerdo con algo?-
- ¿Pero qué quieres? - Dije despegándome de la ventana y alzando mis brazos como dando a entender algo - Soy así…-
- Debemos cambiar ese pequeño detalle - Lo oí decir mientras se iba a sentar al sillón. A veces me preguntaba si tenía visión nocturna o algo ¿Cómo podía ver entre la oscuridad? - Un artista nunca debe suponer… debe estar completamente de acuerdo o disconforme con algo… así de simple Frankie - Dijo en tono raro.
Comencé a reír.
- ¿Frankie? - Dudó.
- Eh… si… ¿Qué no te llamas así? O, ¿no te gusta? -
- No, no, claro que me gusta… casi todos me dicen así… más mi mamá - Al mencionarla a ella me dieron unas enormes ganas de insultarla, sé que está mal, pero hace que mis nervios y mi estrés se acumulen cada vez más.
- Intoleras a tu madre ¿No es así? - Indagó en el tema. Suspiré dramáticamente.
- Es sólo que… no tolero su actitud… Desde que papá murió ha hecho lo que quiere y es por eso que los hombres la tratan como lo hacen… en verdad, ella nunca va a entender, nunca me escucha - Solté mientras me tumbaba a su lado en el sillón.
Soltó una risita.

- Mi padre era igual y diferente a la vez - Calló por un momento, como si estuviera pensando lo que iba a decir. - Es que él era… peor que yo, un ermitaño sin remedio, creo que lo heredé de él, Se volvió así desde que mamá murió cuando yo tenía nueve años -
- Oh, lo siento - Dije con sinceridad.
- Nah, está bien - Dijo al instante, sentí algo pesado en mi hombro que se frotaba, descubrí que era su mano tiempo después.
- Pero - Empecé cuando quitó su mano - ¿Qué era tu padre o qué? -
- Escritor… jugador de baloncesto, de fútbol, de béisbol, dibujante… lo que quieras que sea - Dijo lentamente.
- Y, ¿ahora dónde está él? - Cuestioné, creo que un poco osado de mi parte.
- ¿En verdad te interesa? - Me preguntó con cierto reproche en la voz. - Nadie se interesó por él hace un año - Se levantó del sillón y se acercó de nuevo a la ventana.

- ¿Por qué…? -
- Se fueron tus amigos - Me interrumpió antes de que preguntara otra cosa. - ¿Te vas o te esperas hasta que se calme la lluvia? No espera, déjame adivinar… le tienes miedo a las tormentas - Mi entrecejo se frunció.
- Sí ¿Por? - Reproché.
- ¡Eres tan predecible! - Su voz otra vez estaba un poco tensa. - Pues quédate un poco más si quieres… pero en cuanto el agua pare te vas a tu casa. ¿Me escuchaste? -
- Sí, sí, tranquilo… Yo no me quedaré mucho tiempo - Suspiré. En verdad no lo entendía, primero me invitaba y me metía a su casa y después me quería correr. - No se preocupe, no demoraré mucho tiempo -
- ¡Qué no me…! ¡Ah, olvídalo! - Suspiró, se acercó de nuevo al sillón.
- Me iré a dormir… es tarde y muero de sueño -
- Pero aún es temprano - Le dije señalando la ventana inconcientemente.
- Hay personas que trabajamos - Dijo cansado y soltando un bostezo.

- ¡Ja! ¿Trabajas? - Pregunté y creo que mi risita dio a entender todo.
- Obvio…No es mi culpa que a ti no te guste trabajar… eso y es una verdadera pérdida de tiempo que andes por allí jugando tonterías que concentrándote en lo que de verdad importa -
- ¿Y qué es eso que en verdad importa? - Le pregunté retadoramente.

Se me acercó un poco más, al punto que su rostro lo tenía cerca del mío, pero obvio que yo no podía ver más allá de sus cabellos largos… que por cierto, desprendían un agradable olor a frutas mezclado con el olor a cigarrillos.
- Hay muchas más cosas que de verdad importan… muchas -
- Ah, ¿si? ¿Cómo cuáles? - Pregunté tajante, un poco harto… ¿era yo o daba muchas vueltas al asunto?
Se alejó de mí y movió la cabeza negativamente.
-¿Quieres un trago? - Me preguntó con un tono de voz que jamás escuché de él… era diferente al que usaba cando estaba enojado, irritado o molesto… y mucho muy diferente a la que usaba cuando no lo estaba…
Obviamente mis ojos se abrieron de par en par y sonreí de lado.
-¿No ya te ibas a dormir? - Solté mientras me cruzaba de brazos y mi ceja juguetona se levantaba… para mí siempre será mi ceja seductora…
- Sí, pues… no lo sé, creo que se me quitó el sueño… Apetezco un trago -

ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora