- No me pude resistir - Lo oí decir en un susurro que casi me tuve que acercar más a él para poder escucharlo.
-Frankie, en verdad lo siento mucho, siento si te incomodó o algo, no volverá a pasar, es sólo que, bueno yo…-Suspiré con una sonrisita más que idiota en mi cara, era el efecto del alcohol o en verdad comenzaba a emocionarme y alterarme mucho. ¿Las mariposas en mi estómago pudieron haber sido un signo de ello?
- Está bien - Dije para tranquilizarlo un poco, o tal vez para tranquilizarme a mí, no sé cual era el peor de los casos.
- En verdad Frankie, es que yo suelo ser muy…- Reí hipando un poco.
-¡Ya te he dicho que está bien! Además… supongo que lo disfruté- Me acerqué más a él, hasta el punto en que lo tenía enfrente mío, de nuevo me vi reflejado en sus oscuros lentes y sonreí lo más sinceramente que pude.
-¿Sabes? Siempre he querido ver… tus ojos - Le dije, aún no sé si fue por voluntad propia o por estragos del licor. -Me gustaría verlos… verte a ti-Llevé lentamente una mano hasta su mejilla y retiré un poco de cabello que ocultaba su pálido rostro y se lo coloqué detrás de su oreja.
Él se hizo a un lado lentamente y después me miró.- ¿Para qué? Así está bien… no obtendrás nada bueno al verme, estoy horrible, soy un tipo antipático e idiota… no le veo el chiste a ver mis ojos, son como todos los demás, comunes y corrientes -Me reí.
- ¡Obvio! Pero deben ser muy lindos-En verdad el alcohol me hacia sacar mi lado feroz y aventurero que habitaba en mi interior. Para ese entonces ya comenzaba a ver un poco borroso y doble. Reí de nuevo y lo miré con detalle. Sería un verdadero reto y a la vez encantador poder descubrír el verdadero él, no el que se mostraba a diario o el que él intentaba ser, si no el verdadero, el que estaba oculto en su interior y exigía a gritos poder salir. ¡Ja! Algo así como salir del closet. Reí de nuevo.
-¿Sabes que es lo que necesitas, Gee?-
Él me miró algo confuso y extrañado, pero no dijo nada, me dio una seña con su cabeza para que siguiera hablando.
-Hacer algo con ese cabello, no es por nada pero podría estar mucho mejor -
- Pero… no, así estoy bien -
- ¿Dónde está tu baño? - Pregunté haciendo caso omiso a lo que había dicho.
- Uh, pues, por allá… - Me señaló la pequeña puerta azul que estaba al fondo de la desordenada sala.Lo miré por un momento, analizándolo de nuevo y después sonreí malicioso, me acerqué a él, lo tomé del brazo y lo llevé hasta el poco espacioso baño.
- ¿Qué es lo que estás haciendo? - No le respondí, yo sólo buscaba algo entre todas esas cosas que tenía allí. -Te hice una pregunta. Y deja de revisar cosas que no te…-
- ¡Ajá! - Exclamé victorioso al encontrar lo que tanto buscaba.
Él miró horrorizado, abriendo grande sus ojos.
- ¿Qué vas a hacer con eso? -
- Ya lo verás - Sonreí, lo tomé del brazo y lo senté en el escusado. Lentamente quité sus lentes, se resistió, pero al final logré arrebatárselos y los arrojé lejos. Aún así sus ojos seguían escondidos detrás de sus mechones de cabello.
- Frank, su-suelta esas tijeras, p-por favor -Me digné a no prestarle mayor caso y mentalmente me divisaba lo que quería hacer. Mis manos sujetaron la tijera firmemente y comencé a acércalas a su cabeza.
- Eh, F-Frank, p-por fav-favor, suelta eso…- Él intento moverse y alejar mi mano, pero simplemente no lo dejé.
- ¡¿Puedes quedarte quieto un puto momento?! - Le dije. ¡Woo! El alcohol me hace mucho daño - vas a quedar muy bien, lo prometo -Mojé su cabello con mis manos y comencé a cortar un poco de aquí, un poco de allá y mechones de cabello azabache comenzaban a caer al suelo de azulejo negro. Él todavía se quejaba y reprochaba en un principio, pero luego sólo cerraba sus ojos y abría uno de vez en cuando mirando hacía arriba.
ESTÁS LEYENDO
Extraño
Short Story-Miren en la ventana, es el tipo raro viéndonos otra vez- Lo que Frank no sabía es que ese chico que los veía por la ventana no era tan raro como decían y que en una secuencia de sucesos inesperados lo conocería e incluso se enamoraria de él.... ¿Pe...