Me paré repentinamente del sillón sin importarme que me mareara más, logré sujetarme del brazo del otro sofá y comencé a caminar lentamente hasta el cuarto de Billie; abrí mis ojos como plato al ver que él ya estaba ahí, recostado en su cama y tenía la mirada fija en un punto de la colcha negra que tendía su cama. Lentamente y sin que el todavía notara que estaba ahí, me acerqué y me paré justo a su lado, parecía un fantasma rondándolo.Billie lentamente alzó su vista y me miró fijamente a los ojos... sus ojos, eran tan parecidos a los de él, eran del mismo verde y casi tan hermosos.
- ¿Frank? - Me llamó Billie con la vista desconcertada, lo pude ver en sus ojos.
Abrió la boca para decir otra cosa, pero fue cuando yo me subí en él, rodeando con mis piernas su cintura y me quedé ahí observándolo como si aún no estuviera seguro de lo que mi confundido subconsciente me dictara que hiciera. Todo en mi cabeza era 'Hazlo...' pero otra voz muy dentro de mi me ordenaba que me detuviera a la cuál yo mismo me advertí no obedecer.Aún los ojos de Billie me miraban fijamente y de la nada sentí como colocó sus frías manos en mi cintura por debajo de mi playera. Sólo así logré salir de mi batalla mental.
- Frank - Me llamó de nuevo Billie, esta vez dentro de un suspiro que trato de ahogarlo en su garganta. -Frank, ¿qué estás haciendo? -
- ¿No es obvio? - Respondí sin pensar. - Me siento muy solo y abandonado - Dije casi tan dramáticamente como me hubiera gustado.Me acerqué más a él, podía sentir su aliento de nicotina cerca de mis labios y eso me provocaba escalofríos, pero no esos escalofríos que te orillan a hacer cosas placenteras, si no de los que te provocan pavor. Aún así me acerqué más, al grado de que mis labios podían rozar los suyos.
Billie quitó sus manos de mi cintura y las llevó a mi rostro, quién después de un rato me miró como si tuviera algo en la cara.- Frank... Frank, tienes fiebre - Oí que me dijo, pero lo ignoré completamente y mis pensamientos se desconectaron de mi cuerpo. En un segundo ya estaba besando sus labios sabor a esos cigarrillos con mentol. Nuestros labios se unieron ferozmente y ninguno de los hizo algo para evitar que eso sucediera.
Sus manos de repente ya estaban de nuevo en mi cintura y con ellas me atraía más hacia él, tanto que podía sentir su calor corporal junto a mi cuerpo.
Sus manos se colaron debajo de mi playera nuevamente, sentí su piel helada junto a la mía y después mi playera que iba subiendo lentamente hasta que me la quitó. Se incorporó un poco, para después sujetarme fuertemente de la cintura y con un movimiento tan ágil me tumbó a la cama y él quedó encima de mí, no tardó en quitar su camisa.
- Frankie... te necesito - Y tal como si hubiera sido un complot. Las palabras resonaron en mis oídos como si hubieran sido una bomba. Eso me incomodó mucho y no pude evitar que en mi mente se aparecieran esas escenas, eran tan claras... como si las estuviera viviendo en ese instante, como si en vez de estar con Billie hubiera estado con Gerard. Me parecía un sueño... un sueño terrorífico.
Sus labios bajaron a mi cuello el cual succionó todo lo que pudo, no paró ante mis quejido y después bajó a mi pecho y sus manos ya estaban en el cierre de mi pantalón.
Ahí fue cuando en verdad me entró el miedo.
¿De verdad deseaba esto, o lo hacía por 'venganza'? No... ya sé, era un completo idiota.Oí el ruidito del cierre y mi corazón latió más a prisa. Estaba por darme un colapso por toda la adrenalina que corría por mi cuerpo. Me paralicé completamente. Me armé de valor y traté de detenerlo, pero antes de que pudiera hacerlo, el teléfono de Billie sonó. No creí que eso le importara, pero se paró de inmediato a contestar.
Pasó sus manos por su rostro y luego por su cabello al ver el identificador. Logré ver una sonrisa cínica en sus labios.
- Espérame, Frank - Me dijo con su respiración entrecortada y me miraba muy lascivamente.
Se metió al baño, yo creo que no quería que yo escuchara. Pero no contó con que yo iba a espiarlo.
Me paré enfrente de la puerta del baño y pegué mi oído en ella.- ¡Uuh, no te preocupes, todo está bien! - Oí que decía y después soltaba una risita sarcástica - Pues no parecía que te estuviera extrañando hace unos instantes -
Mi entrecejo se arrugó al no entender de lo que hablaba, pero después... mis ojos se abrieron al escuchar su nombre... ¿acaso él...?
- ¿Cuándo aprenderás que nunca vas a ganar, Gerard? - Dijo con ese toque de rencor que ya no había escuchado en mucho tiempo en él y después se echó a reír como si no recordara que yo estaba al otro lado de la puerta.
- Pues si no amas a Frank... -Mi corazón dio un saltó de emociones que no reconocí. Me di la media vuelta y recogí mi playera y me salí a la sala. Estaba mucho más oscuro que hace unos instantes y a mi mente llegó la idea que a lo mejor mi madre me estuviera buscando, pero recordé que tal vez estaría ocupada con uno de sus tantos hombres... No quería estar más allí, pero tampoco quería ir a casa.
Después de unos momentos Billie salió a la sala un tanto contrariado, aún estaba sin camisa. Me miraba desafiante. ¿Qué pasaría después de esto? Ya había despertado a la bestia que vivía dentro de Billie.
- ¿Por qué te saliste? - Me enfrentó, pero noté que mantuvo firme la voz para no asustarme.
En vez de contestarle, lo ignoré, yo quería saber de qué se trataba todo eso.
- ¿Con quién hablabas? - Inquirí, fijando mi mirada en la suya, me enganché demasiado con ella que al final terminó por intimidarme así que la aparte de él.
- Eso no te importa? -
- ¡Claro que si! - Exigí - Acaso hablabas con... -
- Frank, eso no te incumbe... Ahora, ¿por qué no mejor seguimos en lo que nos quedamos? - Soltó esa sonrisa suya, la cínica y me miró casi con lascivia, al momento que pasaba su lengua por sus labios y se iba acercando lentamente hasta a mí.Me asusté aun más, en verdad.
Yo estaba en el sillón y Billie trató de acorralarme ahí, pero no sé cómo fue que lo esquivé y corriendo me metí a su recamara, azotando la puerta en su cara y poniendo llave.
- ¡Frank, abre la puerta! - Me gritó para que saliera, pero era lo último que iba a hacer con él ahí - ¡Frank! -Preferí ignorarlo. Después de unos minutos sus gritos y los golpes en la puerta se detuvieron; yo ya estaba en su cama, acurrucado, tenía demasiado frío, pero a la vez mucho calor... me sentía fatal.
Me levanté y fui a buscar una cobija en su closet. Las cobijas estaban en lo alto, junto a una caja de cartón de zapatos y aunque intenté esquivarla la caja cayó con todo y cobijas.
La caja se abrió con el impacto y de ella salió una lluvia de recortes de periódico. Comencé a recoger, pero... algo llamó mi atención... era... era una foto de Gerard."Hijo de famoso escritor acusado de asesinato."
"El escritor Donald Way sale en defensa de su hijo asesino."
"Gerard Way, hijo de célebre escritor acusado de asesinar a su novia."
Eran algunos títulos que adornaban los recortes. No puedo explicar lo que sentí en ese momento, fue como si me hubieran quitado el alma. ¿Entonces era verdad? ¿Gerard era un asesino?
Miré a otro lado y fue cuando las piezas comenzaron a encajar en este rompecabezas.
"Caso de la joven Armstrong muerta a manos de su novio."
"Padres y hermano de la joven Rosalie Armstrong piden justicia."
"Gerard Way en juicio por el asesinato de la joven Rosalie Armstrong."
Y en todos los recortes había una foto de una chica muy linda de bellos ojos verdes y de Gerard. Decidí no mirar más antes de que cayera en un colapso nervioso o peor aún, muriera ahí mismo... muriera de desilusión.
El sonido de un celular me sacó del trance en el que me encontraba. El teléfono de Billie estaba en la mesita de noche... y en el identificador marcaba: Gerard Way.
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Extraño
Short Story-Miren en la ventana, es el tipo raro viéndonos otra vez- Lo que Frank no sabía es que ese chico que los veía por la ventana no era tan raro como decían y que en una secuencia de sucesos inesperados lo conocería e incluso se enamoraria de él.... ¿Pe...