Capítulo: #8 Enfrentamientos... ¿eso fue un encuentro?

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El despertador sonó exactamente a las siete de la mañana. Perezosamente me desperté y no sé porque tuve la sensación de dolor en todo mi cuerpo, era como si me hubiera pasado un elefante encima o algo mucho peor… pero después me puse a pensar, todo eso era muy raro porque se relacionaba con lo que había soñado. ¿Que qué soñé? 

No recuerdo muy bien, lo veo un poco borroso y esparcido. Recuerdo que estaba en la casa de… un tipo, era un tipo raro por lo que me acuerdo, todo estaba oscuro y llovía a cantaros; también recuerdo que él y yo charlábamos, que reíamos, que le contaba algunas cosas y él un poco de otras. También recuerdo todo lo que empezaba a sentir, sentimientos, pero un poco lejano, recuerdo que según yo, me estaba enamorando de él, lo cual me asusta y mucho; recuerdo lo de su secreto y que me hablaba de una obsesión, lo cual, después de eso, sólo recuerdo el destello de una luz blanca y profunda en mis ojos y… de ahí no recuerdo casi nada, todo después se vuelve un poco confuso, me llegan a la mente imágenes de mí cayendo al suelo, sintiendo un terrible dolor en el brazo, tal parece me había pegado en algún mueble… y muy lejanamente también recuerdo a alguien cargarme y llevarme hasta un sofá. Pero tengo la vaga sensación de que antes de esto pasó más… Después ya no vi nada. Nada de nada. ¡Pero que bueno que fue un sueño! Porque sólo fue eso… un sueño y nada más. 

¿Y entonces por qué aún tengo el fantasma de unos labios sobre los míos?

Tallé mis ojos un poco para después quitar las cobijas de mi cuerpo y levantarme cansadamente y pararme enfrente del espejo. Quito mi camisa de mi pijama y después mis pantalones quedando sólo en mi bóxer negro, noto que he engordado un poco pero ¡bah!, eso no es importante. Recorro con mi vista los tatuajes que me he hecho, por cierto, a escondidas, no son muchos sólo cuatro, veo el de mi pecho, el de mi vientre, el de mi costado y el moretón del brazo izq… ¡esperen!, ¡yo no tenía ningún moretón antes! y sin duda ese no es un tatuaje porque el otro lo tengo en la espalda. ¿Por qué carajo tengo un moretón en mi brazo izquierdo? 

Mis ojos se abren como platos al instante. Y me cayó el veinte.

No fue un sueño. ¿Verdad? 

Verdad

-¡Hey, enano! - En ese momento levanté la vista del libro que leía cuando escuché la voz de Bob llamándome, venía seguido de Mikey y Ray. Me veían un poco raro, cabe resaltar.
- ¡Hey! ¿Qué pasa? - Dije creo que un poco nervioso…
- ¡Ja!, ¿Te crees muy intelectual, enano? - Me dijo Ray tomándo el libro entre sus manos y alzándolo en lo alto para que yo no pudiera tomarlo… ¡Ah! ¡Odio cuando hacen eso! Se aprovechan de mí. 
- ¡Dámelo! Es para mi trabajo de química - Le chillé para que tuviera un poco de compasión por mí, aunque debo aceptar que ese sentimiento no me gusta mucho y después me miró con una sonrisa burlona.
- ¡Jajaja! ¿Demolition Lovers? ¿Y qué no Donnald Way escribía pura poesía y cosas rancias como esas? - Dijo mientras volteaba a ver a los demás y ellos asentían con una sonrisa burlona. - Frankie, ¿Lees mierdas de estas? -
- No - Le respondí a secas mientras desviaba mi mirada de él.
- ¿Entonces? -
-¡Es de mamá! -
- ¡Uh! Tú me dijiste que era para tu trabajo de química… ¿Qué acaso piensas darle un poema a la maestra?-

Lo miré mal, mientras que Bob y Mikey seguían cagándose de la risa. En ese momento fue que Raymond se descuidó y logré quitarle el libro para guardarlo en mi mochila.
- ¿Cómo te fue ayer con los mandados de tu mami? - Preguntó Bob con evidente voz de burla. 
Yo sólo me limité a mirarlo fijamente y tratar de asesinarlo con la mirada. Intento fallido… seguía vivo.

- Bien - Le respondí a secas.
- Hoy si vas ir a entrenar con nosotros ¿verdad? - Habló de repente Mikey.
- El partido final es en una semana y, honestamente Frankie, no te veo nada preparado para esto -
- Lo sé, lo sé… pero he estado ocupado- Respondí.
- ¿Ocupado? ¿Con qué? -
- Pues ya saben… Con cosas de mamá. Últimamente se ha vuelto más desobligada y yo tengo que hacer sus cosas -
- ¡Vamos, Iero! - Bob me dio una palmadita en el hombro y después continuó. - Eso no te toma demasiado tiempo. Debes ir a practicar con nosotros… además de que Billie Joe ha estado de insistente preguntando por ti
- ¡¿Qué?! - Pregunté con mis ojos bien abiertos.
- Sí. Va a las canchas a buscarte, pregunta por ti y después mira muy ‘psicópatamente’ hacía el edificio del extraño, como si buscara algo ahí… me pregunto que es lo que…-

Me ahogué inesperadamente en tos falsa para impedir que siguiera hablando. Ya me comenzaba a poner más nervioso de lo que estaba. Los otros tres se acercaron para ‘auxiliarme’.
- Frank, ya no te tragues la saliva - Dijo Mikey mientras me daba leves golpecitos en la espalda - O por lo menos procurar no ahogarte con ella -Sonrió malicioso.
- Sí, lo intentaré - Le respondí en la fase Terminal de mi ‘tos’.
Ray me dio unas últimas palmaditas en la espalda y después me miró serio
- Bien Frank, aclaremos esto: irás a la práctica, sin ninguna excusa, dejarás de leer esos tontos libros de poesía y calmarás a tu noviecito para que deje de chin… -
- Sí Ray, ya entendí - Le puse una mano enfrente de su cara, para darle a entender que podía colaborar conmigo y callarse. - Y, Ray… ¡Billie… ya… no es… mi novio! - Dije entre dientes.
- Bueno, pero a ver que haces para saciarlo. Creo que necesita sexo urgentemente… tal vez sea esa la razón por lo que te engañó… - En ese momento mi amigo afro se puso una mano en la boca al darse cuenta de su error, pero ya había sido demasiado tarde.
Arrugué mi entrecejo y me di media vuelta
- Me tengo que ir - Fue lo único que dije, cuando escuché la voz de Ray a lo lejos. 
- Lo siento, Frankie… no quise -
Comencé a caminar más rápido hasta que sentí una mano sobre mi hombro que hizo que me detuviera. 
- No le hagas caso a Toro, ya ves como es él de estúpido, deberían de tirárselo ya o algo -
- ¡Jaja! Yo creo que sí, Mikey -Extrañamente él se quedó mirando mi brazo.
- ¿Qué te pasó ahí? - Me dijo señalando el hematoma.
Me puse un poco tenso, aunque no sabía la causa exacta.
- Emm… me caí, Mikes, eso es todo - Me miró como si no me hubiera creído, tal vez fue por el tono de mi voz que tembló un poco - En verdad, no es nada - Me miró escéptico.
-Bien. Y vas a ir con nosotros después de la escuela a practicar, ¿verdad?.-

Iba a decirle que no, que no podía… tenía que ir a donde G. para verlo, para seguir… tenía que averiguar si en verdad todo eso fue un sueño o no, tenía que saberlo, tenía que saber todo lo que había pasado… tenía que ir y quería, pero aún estaba muy confundido y aturdido.
- Sí - Respondí sin pensarlo.
- ¡Genial! - Me sonrió un momento y después se puso serio de nuevo, notablemente me quería decir algo
- Esto… sería una lacra y me lo quedaría, pero como soy todo un niño bueno te lo regreso - Me dijo al momento que de su mochila sacaba su balón que un día antes le había regresado - Como te dije, este no es el mío, este está autografiado… mi papá dijo que quién lo firmó fue un famoso jugador de fútbol en su época - Me lo dio después de echarle una última mirada a la firma - No sé que diga, la verdad no le entendí -

Al principio lo miré un tanto extrañado y él sólo me miraba con una rara sonrisita y me insistía para que lo tomara. Al final lo sujeté.
Sonreí después de tiempo
- Quédatelo Mikes -
- Oh, pero… -
- En verdad, ¿yo para que lo quiero?- Le dije mientras se lo regresaba, le eché una última y fugaz mirada al balón… y si mis ojos no fallaban… el nombre que tenía escrito…
-¡Mikey, espera! - Lo detuve cuando se disponía a guardar de nuevo el balón en su mochila. Él me miró confundido.
- ¿Qué ocurre? -

Tal vez ya estaba teniendo visiones o algo parecido, ya de plano estaba loco… loco completamente, completamente desquiciado… no más Skittles para mí….
- ¡El balón! - Fue lo único que pude decir. Él rió.
- Sí, Frankie… es un balón, redondo, blanco, con líneas negras y… -
En ese momento se lo arrebaté, un poco brusco pero bueno, realmente no me importó en ese momento.
- ¡Mikey el balón! - Repetí de nuevo, como disco rayado, él me miró de nuevo más desconcertado de lo que ya estaba. - Pensándolo bien, creo que me lo quedaré -
- Lo que se da, ya no se regresa - Reprochó. Rodé mis ojos.
- Bien Mikey, te lo regresaré después, ahora sólo lo quiero por un rato… te veré después. - Y comencé a caminar aún con mi deje de asombro… el nombre, ese nombre, el del balón era el mismo que…
- ¡Carajo, Frank! ¿Nos abandonarás de nuevo? ¿No irás a la práctica? - Oí a lo lejos la voz de Mikey.
- Sigue resentido, seguro -Ese fue Bob. - ¡Ya querrás algo después! - Obviamente se refería a mí, pero yo me decidí a no prestarle mayor caso ya y comencé a caminar rápido para salir de la escuela… aunque en realidad me faltaban dos clases a las cuales asistir.

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