Capítulo: #9 La ventana

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Corrí, corrí con todas mis fuerzas, corrí y ni sabía por qué, sólo corría, tenía la gran necesidad de hacerlo y llegar hasta el departamento de 'Gee' (sí, lo llamo así mentalmente... ¡y ni me pregunten desde cuando!) paré un par de veces para tomar aire y después seguía corriendo. Era extraño, pero conforme más me acercaba a su departamento más feliz y ansioso me ponía, era inexplicable, pero esa era la verdad y sinceramente ese sentimiento comenzaba a asustarme, pero a la vez me gustaba... mucho.... demasiado...

Llegué al edificio y con una gran sonrisa comencé a subir las escaleras, entre más cerca más feliz y extraordinario me sentía...

Toqué la puerta, pero nadie me contestó... bueno él ya tenía esa manía así que no me preocupó pero después de varios toquidos y sin obtener respuesta mi cuerpo comenzó a caer en un temblor, volví a insistir, pero simplemente no obtuve respuesta. Derrotado me recargué en la puerta y me dejé caer al suelo, involuntariamente a mi mente volvieron a llegar esas imágenes que tanto me ponían en un embrollo. En el fondo sabía que podía ser verdad, en mi mente estaba el deseo de que todo fuera un simple sueño bizarro y en mi subconsciente se encontraba la espinita de que todo había pasado... yo mismo no me lo permití creer... todo era tan... absurdo. Doblé mis piernas para que mis rodillas tocaran mi pecho y hundí mi cara entre ellas... quería esperar, quería que me abriera la puerta para percatarme si de verdad había ocurrido todo aquello o simplemente me estaba volviendo paranoico.

No sé cuanto tiempo pasó, pero una ligera corriente de aire frío me despertó. Abrí mis ojos mientras frotaba mis brazos para hacerlo entrar en calor y entonces recordé, recordé donde estaba y recordé el porqué estaba ahí. Miré mi reloj y ya eran cerca de las tres de la tarde. Me levanté y aún con una gran batalla mental me decidí a volver a tocar la puerta. Pero no ocurrió absolutamente nada.

La causa exacta no la supe pero en ese momento sentí una gran ira y sonará raro pero creo que también me deprimí un poco... seré testarudo, pero sensible... y sí, fui un tonto al ponerme así, no había razón, ¿o si?

Fruncí mi entrecejo, lancé un resoplido y pateé la puerta... ah, con un poco de desquite no pasaba nada. Tomé mi mochila, ya con el balón adentro y me la coloqué en la espalda. Entonces me fui.

Antes de salir del edificio me percaté de que no estuviera nadie que me conociera. Por suerte los chicos aún no había llegado, así que fui a esperarlos a las canchas. No tardaron mucho en llegar y me miraron con cara de '¿Qué te robaste?'.

- Frankie - Se acercó a mí Ray y me sonrió muy raramente. - Pensé que no iba a venir. ¿Por qué desapareciste así de repente? ¿Por qué no entraste a tus otras clases? Y ¿Por qué llegaste temprano? - Lo miré dudoso, él siempre preguntaba mucho cuando estaba nervioso y planeaba algo.
- ¿Qué te traes tú? - Raymond sólo se limitó a mirarme y sonrió de lado, pero fue Mikey quien contestó
- Va a venir tu novio -
- ¿Qué? ¿Quién dijo? - Pregunté un tanto nervioso.
- ¡Ash!, pues saliendo de la escuela lo encontramos... y nos estuvo molestando de que le dijéramos donde estabas y pues le dijimos la verdad de que no sabíamos. Luego nos chantajeó... - Explicó Mikey.
- Espera, los chantajeó ¿en qué? - Quise saber.

Los tres se miraron como si se echaran la culpa unos a otros y después me miraron.

- Pues mira Frankie - Habló Bob. -Para que nos dejara de chingar nos hizo prometerle que íbamos a ayudarlo a reconquistarte... - Mis ojos se abrieron como platos
- ¡¡¿Qué hicieron qué, hijos de la...?!!-
- Ehm, Frank, tranquilo, sé que Bob y Mikey hicieron mal, pero... -
- ¡Hey! - Se quejaron al mismo tiempo la parejita... digo, los aludidos.

Suspiré largamente y bien dramático como sólo a mí me sale, mientras ellos comenzaban una discusión.
- ¿Saben qué? - Dije y los otros me voltearon a ver - Ya no importa... total, no le volveré a hacer caso. Como sea. ¿Van a jugar fútbol o qué? - Traté de sonreír aunque fue difícil, muy adentro de mí, bueno ni tanto, tenía el gran deseo de asesinarlos... pero ni loco me convertiría en Idioticida.

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