Simple Life [Camren]

VII [Parte 2]

Las palabras de Camila resonaban en mi cabeza mientras observaba a mi pequeña, o pequeño, curiosear las imágenes del libro de dinosaurio. Podría haberle echado una foto perfecta, pero en ese momento ni siquiera pensé en mi cámara y en mi segunda exposición en el MOA. No estaba triste por la situación, solo confusa.

Necesitaba ayudar a Kimmie, pero tampoco podía hablar de ella seriamente porque solo tenía seis años. Pensé en llamar a mis padres para hablar con ellos, siempre daban buenos consejos y querían a Kim tanto como yo. Corbin no me preocupaba en absoluto. Mi teléfono vibró y pensé que ellos me estaban llamando, pero el sonido se detuvo. Solo era un mensaje.

"Espero que hayas hablado con Kim y todo esté bien. No quiero estar solo para enseñarle a leer y escribir. Si necesitas algo, llámame."

"Gracias, Camila" respondí.

Agradecía que la profesora se preocupase por Kimmie, pero para mi no era tan sencillo acercarme a mi hija y decirle "¿quieres ser un niño?". Lo admito, tenía miedo. Una parte de mi no quería que fuese verdad porque me preocupaba no conseguir hacer que, en este caso, él no fuese feliz. El dolor que produciría estar encerrado en un cuerpo que no te corresponde jamás podría entenderlo una persona que nunca lo ha experimentado.

— ¿Mami? —preguntó al darse cuenta de que estaba mirándola por culpa de la vibración.

— Cielo, ven un momento.

Kimmie dejó el libro sobre la cama y se levantó de un salto. Caminó hacia mí y yo no tenía ni idea de qué decirle, pero el mensaje de Camila me había dado la fuerza que necesitaba para intentarlo.

— ¿Estás enfadada, mami? No lo he cortado...

— No, cielo... Es solo que necesito hablar contigo.

— Vale, mamá —dijo abrazándose a mi pierna. — Perdón...

— No te preocupes... Oye, cielo. Camila me ha dicho que te querías cortar el pelo, ¿Quieres ir a la peluquería?

— ¿Puedo, mami? ¿Cómo los niños? —preguntó con una amplia sonrisa.

— Como los niños... Justo así. ¿Quieres parecerte a uno?

— Ya soy como uno.

Suspiré... Definitivamente esa era la respuesta. Abrí los brazos y se separó de mi pierna para abrazarme. Le cogí en brazos y lo senté en mis piernas.

— ¿Quieres ir esta tarde? Pero me tienes que prometer que te portarás bien en el cole.

— ¡Vale! —se bajó de mis muslos y se fue a la habitación para recoger su libro y coger su chaqueta.

"Le he preguntado si se quiere cortar el pelo, y me ha dicho que lo quiere como los niños. Voy a llevarlo a la peluquería."

"¿Puedo ir contigo?"

"Claro. ¿Vives cerca? Podemos ir a recogerte."

"Estoy en el colegio. Acabo de salir de una reunión."

"Genial, te esperamos en la puerta."

— Oye, cielo. Camila viene con nosotros, ¿Quieres?

— Pero... ¿Va a mandarme deberes?

— No, claro que no. Viene de amiga, no de profesora.

— Me gusta que sea mi amiga.

Cogí su mano y nos encaminamos hacia la puerta. Esta vez sí vi oportuno coger la cámara de fotos. Mientras caminábamos le hice una fotografía porque estaba en su mundo y sonriente porque se iba a cortar el pelo.