*EL PERFUME QUE BAJO DEL CIELO*.

EL PERFUME HUMANIZADO EN EL SERVICIO

💦*EL PERFUME DE LA HUMANIDAD QUE SIRVE*

Un aroma muy particular se desprende de todo aquel que ha escuchado un mensaje que es público y personal a la vez, público porque es para todos, gritado a los 4 vientos, como la VERDAD, y personal porque lleva escrito el nombre de cada uno de nosotros.

Solemos pensar que el Servicio es un llamado que reciben unos pocos, tal vez solo para los elegidos, que hay que ser especial, santo quizá, tener muchos dones o destacarse en algo, pero es un aroma que como el viento nos roza a todos, como el hálito del Espíritu Santo que es invisible pero se hace sentir y hace vibrar, esa fragancia a siervo la ha esparcido nuestro Padre sobre todos nosotros, como la lluvia nos moja a todos sin hacer distingo, la diferencia es el nivel de sensibilidad de cada uno de nosotros, parecido al umbral del dolor que cada uno siento y es distinto, no todos percibimos por igual la misma bendición, la misma lluvia, el mismo llamado, el mismo mensaje, a cada uno lo toca de manera particular y directa, o nos refugiamos en nuestra burbuja plástica para evitar dejarnos tocar y seguir ajenos y sordos.

Benditos los elegidos, benditos los que han escuchado el mensaje, y lo han aplicado a su vida cualquiera sea su condición o circunstancia de vida, como miembros de un solo cuerpo de Cristo, nuestra membresía tiene un precio, que pagamos con actitud obediente y dispuesta, tiene un vencimiento, por eso debemos renovarla cada día, y cada miembro tiene una función u ocupación distinta, particular y necesaria, necesitamos al sacerdote, a la religiosa, al padre de familia, a la madre de familia, a los hijos, a los jóvenes, a los estudiantes, a los profesionales, a los políticos, a los obreros, a los misioneros, a las amas de casa, que han sido y son todas las anteriores, y etc., no importa cuál fue la elección de vida, no importa a qué nos dedicamos, lo que le importa a Dios es que no estemos ociosos, que seamos miembros activos de su reino.

Nunca es tarde para descubrir cuál es la verdadera vocación de nuestra vida, y es maravilloso descubrir que todos tenemos en la lista de los pendientes las tareas de: ✔Servir, ✔Dar y ✔Amar, un oficio a tiempo completo, que impregna de una fragancia a Jesús, que nos sirvió y nos amó primero.

Podemos pasarnos la vida buscando, leyendo, estudiando cual es el secreto de la verdadera felicidad y la eterna juventud, diría un francés “Sert, Aime et donne, ¡Voilá!”, que es “Servir, Amar y Dar, aquí está”, el perfume secreto de la felicidad verdadera y eterna en el frasco frágil del hermano, entregado por el mismo Señor Jesucristo en nuestras manos, no desperdiciemos ni una gota de tan valiosa fragancia. *si quieres ser grande en la vida sirve dando a los demas*