Parte 17: Reencuentros (parte II)

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TAEMIN

-Oppa...tengo sueño!

-Lo sé princesita, pero no puedes dormir ahora, estamos aterrizando –dije intentando razonar con mi hermanita, pero a estas alturas, y por mucho que la ame, la paciencia se me estaba agotando, y es que llevaba horas y horas de eternos "opaa, tengo hambre" "oppa, tengo frio...tengo calor, tengo dolor de panza, tengo ganas de jugar contigo..." y muchos otros interminables "tengo" que no hacían nada para quitar el cansancio que el cambio de hora y el largo viaje nos causaban.

-Per...pero... -exclamó con un puchero.

-Lo sé, mi amor, pero ya bajaremos del avión, pronto estaremos en casa y podrás dormir todo lo que quieras.

-¿Lo prometes? –susurró con su vocecita cansada y haciéndome ojitos.

Dios, esta niña será una rompe corazones cuando tenga 30...ó 40...bueno, quizás a los 50, tiene mucho tiempo para dedicarse a ser la bebé consentida de su hermano mayor antes de que algún imbécil intente corromperla.

-Por supuesto, Princesita. Ya verás que antes que te des cuenta estarás en casa, comiendo ese helado de almendras que tanto te gusta.

-Sííí! –Exclamó ella feliz, olvidándose al parecer del sueño y el cansancio-. Le voy a pedir a mi omma que haga pastel de helado de almendras!

Suspiré, vencido por una niña de 9 años y su eterna energía. Además, no quise desilusionarla explicándole que llegaríamos casi a medianoche a casa y seguramente mi madrastra no estaría de ánimos para prepararle esa estúpida "torta" de helado que inventó para mi hermana hace unos años, y que consistía en galletas, helado y mucha crema. Una bomba de calorías y azúcar que mi hermanita adora. Aunque tengo que ser justo, es muy probable que si ella lo pide, mi madrastra hasta se levante de la cama para preparárselo y se quede con ella hasta que se acostumbre al cambio de horario y pueda dormir. Y es que por más que me cueste reconocerlo, Sandara es para mí solo una madrastra, pero para mi hermanita es su madre y se adoran, es la única madre que ha conocido, y Sandara se ha tomado muy en serio su papel, llegando incluso a cuestionar duramente a mi padre cuando este decidió enviar a Sae Ron a un internado.

Cuando al fin aterrizamos y logramos salir del avión, ya no era Sae Ron la más quejica, ahh no!! Esta vez fue el turno de mi abuela, quien despotricaba contra los de aduana, inmigración e incluso con la maldita banda transportadora de maletas.

-Tú padre es un inconsciente, debió enviarnos en un vuelo privado, no puedo creer que estemos perdiendo tanto tiempo en este lugar repleto de gente!! –exclamó mi abuela.

Mi abuelo y yo simplemente nos encogimos de hombros, y terminamos de reunir nuestras maletas, ya le había explicado hasta el cansancio que ni a Sae ni a mi nos gusta viajar en los Jets de mi padre, además, mi abuelo no estaría muy conforme haciéndolo, así que es mejor no decir nada más para no oír nuevamente los berrinches de mi abuela.

-Abuelita, mi appa no sabe que estás aquí con nosotros, por eso no te envió su avión pequeñito! –exclamó Sae con inocencia, haciéndome reír por lo elocuente de mi princesita.

-Lo sé, cariño, lo sé –dijo mi abuela, tranquilizándose frente a la pequeña.

No estaba muy seguro de que la visita de mis abuelos sea una buena idea, papá los respeta, sí, pero las cosas siempre son tensas cuando todos ellos comparten el mismo espacio, pero supongo que tampoco es raro, es decir, se trata de sus ex suegros, los padres de su difunta esposa, e imagino que en cualquier familia eso es un tema delicado. No sé muy bien la clase de arreglo que ellos tienen, solo sé que hace unos cuatro años, cuando mi abuela enfermó del corazón, mi padre recibió un poder transfiriéndole plenas potestades para hacerse cargo de los negocios de mi abuelo, incluyendo su parte de acciones en las empresas Lee. Después de eso, mis abuelos se mudaron a Canadá, y han vivido en un barrio residencial cerca de un lago maravilloso que les proporciona la calidad de vida adecuada para mantener un estado saludable. Teniendo en cuenta que mamá era hija única, es hasta comprensible la decisión del abuelo, él mismo me explicó que cuando llegue el momento adecuado, Sae Ron y yo recibiremos todo lo que nos corresponde, y que mientras tanto mi padre está haciendo un buen trabajo.

Enamorando a mi sexy jardinero (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora