Había caminado al rededor de 1 hora, faltaba poco para llegar a mi destino, no obstante, hasta el momento era difícil de continuar y no por el cansancio o las tremendas ganas de tomar un sorbo de agua, ni siquiera el calor me resultaba molesto. Por otro lado recibí algunos "piropos" innecesarios por parte de gente aberrante debido a mi falda estropeada, dejaba un gran muslo a observar y a cada paso aquella parte se hacía más grande.
Me encontraba sedienta, agotada y fastidiada.
Pensaba en lo fastidioso que era depender de mi hermano, solo en la parte del transporte, quería poder hacerlo yo misma, pero para mis padres aún era una niña pequeña. Si supieran todo lo que está pequeña ha hecho, entonces me dejarían hacer cualquier otra cosa.
Terrible tener que vivir atada a un hermano narcisista y fastidioso. No era mi primera vez a pie pero es que no me dejaba ni para el autobús
Caminaba, perdida en mis pensamientos odiando y maldiciendo a mi familia. A lo lejos una puerta de abrió, alcancé a distinguir una cola de gato roja que colgaba de la parte superior. Una linda muchacha salió con una caja de chocolates y un oso de peluche.
Odio esas comprar absurdas, los regalos y las flores, chocolates y cartas, mensajes de amor, abrazos y muchos besos. Si es que algún día encontrara a mi alma gemela no tendría detalles un día en especial, serían todos los días o cuando yo quiera sin tener que ser un "día importante" además, el amor no se mide con gestos grandes, ni con detalles pequeños, se demuestra con acciones realmente valiosas, como apoyar a tu pareja en un momento especial, compartir y celebrar logros, darle su espacio, comprender sus inquietudes y traumas, trabajar juntos en proyectos personales y mucho más.
Camino en dirrección al mini super, entro y sin pensarlo me dirijo a la nevera, busco las aguas, cuando encuentro algunas inmediatamente tomo una botella y la bebo hasta el fondo. Permanezco quieta, disfrutando la sensación refrescante en mi interior, sintiendo como recorre mi garganta. Es delicioso.
—Si piensas pagar eso, ¿Verdad? —Escuché una voz detrás de mi, sacándome de mi momento relax.
Es Kasch, no tenía ni la más mínima idea de que trabajara en esta tienda.
—¿Tengo cara de ladrón? —Contesto con un tono extremadamente sarcástico.
—A decir verdad, con ese estropajo que te cuelga en las piernas diría que no eres del tipo que pagaría esa botella de agua. —Responde con un gesto divertido.
Yo le lanzó una mirada fulminante y me percato que su mirada permanece en mi pierna.
Vaya, no me esperaba que el señor oscuro fuera un patán más.
—Esto no es de tu incumbencia. —señalo mi pobre falda hecha trizas. —¿Cuánto es?
El ríe y me mira como si fuera un arlequín que viene a divertir su tan patético y triste día laboral.
El es muy alto, mucho más que yo. Lleva una camisa negra ceñida a su torso y deja ver sus brazos bien trabajados, usa unos vaqueros desgastados que se ajustan bien a sus piernas, sobre su conjunto, porta un delantal café obscuro.
Se mueve hacia adelante y su cabeza alcanza la mía, dejando unos centímetros entre nuestros rostros, puedo sentir su respiración agitada y su olor a frambuesas. Muy extraño para un hombre. Su semblante cambia y se torna serio.
—Niña, la caja está por allá, los clientes no se atienden en los pasillos. —pronuncia en un tono frío y amenazador que me deja helada.
Su reacción me deja atónita, lo miro frunciendo el seño.
—Wow, gracias por la aclaración creí que tenían una especie de atención especial a las chicas, puesto que, con esa mirada fija en mi muslo deja mucho que pensar. —le respondo sarcástica y reclamando su obsesión.
Él se ríe y se incorpora nuevamente, coloca en el estante de atrás un par de golosinas y luego me mira con una sonrisa de lado.
—La atiendo en la caja, por aquí por favor. —habla en un tono tranquilo que solo me resulta estresante.
Camino detrás de él y miro su espalda realmente buen trabajada y atractiva.
Realmente no está mal pero no parece mi tipo.
Asiento la botella vacía sobre el mostrador y él la pasa por el lector. Miro a la derecha y observo la sección de golosinas, especialmente chocolates y paletas rosas que tienen mensajes cursis en sus envoltorios. A lo lejos noto como un par de chicas se aproximan, ambas rubias y sonrien hablando entre ellas.
—¿Vas a pagar en efectivo o con tarjeta? —Habla Kasch, sacándome de mi trance.
—¿Qué? —mi cerebro tarda en reaccionar. —¡Ah! Sí, con tarjeta.
El me mira con burla y se ríe.
—Niña tonta. —habla por lo bajo y de nuevo sonríe de lado.
—Estoy aquí y puedo escuchar, ¿Si sabes, no? —le repr no entregando la tarjeta que mi madre me obsequio hace algún tiempo.
—Calmada miss valerie. —pronuncia con diversión y me entrega devuelta la tarjeta junto con un ticket bastante largo. Tanto papel únicamente por un agua.
La campanilla suena, la puerta se abre, él hombre frente a mi continúa haciendo sus labores y las rubias entran.
—Hola Kasch. —Murmuran al unísono y ríen por lo bajo.
—Señoritas. —responde con un tono coqueto.
¿Es que todos los hombres son así? Por más rudo que aparente no se resiste a ninguna del sexo opuesto.
—Iugh, me largo. —hablo y actuó como si fuera a vomitar.
—Vuelva pronto miss valerie. Espero que no vuelva salir tan tentadora la próxima vez.
Lo miro una vez más y él me guiña el ojo. Me volteo y camino hacia la puerta mientras lo deleito enseñándole mi dedo de en medio.
***
Gracias por leer, espero que les guste y comenten.Au revoir
![](https://img.wattpad.com/cover/84775390-288-k119946.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Anónimo
Genç KurguSeguro que todas las chicas sueñan con una declaración tan romántica y empalagosa para el 14 de febrero pero esa es una probabilidad de una en un millón y también de que le suceda a una de entre un millón. Yo, Valerie Simmons jamás pensé que algo co...