El timbre que marcaba el horario de salida sonó, los gritos y risas de alegría me recordaban que, gracias a Dios, este era el último día de clases antes de que comenzaran las vacaciones de invierno que durarían dos semanas.
Podía oír los festejos y los cantos desde el pequeño cubículo del baño mientras las lágrimas mojaban mi rostro, tenía frió y olía a basura. Nadie jamás me borraría la imagen de lo que acaba de vivir.
¿Por qué tenía que pasar por todo esto? ¿Qué les había hecho para que me trataran con tanto desprecio? En estos momentos preferiría dejar de ser una persona y pasar a ser nada... no existir si eso significara dejar de sufrir.
Mi cara y mi uniforme estaban llenos de pintura y todavía tenía en el pelo papeles y restos del tacho de basura que me arrojaron encima. Lo tenían todo planeado... y tenía un responsable. Ese chico de ojos oscuros que busca intimidarme cada vez que me ve, que logra humillarme cada vez que se lo propone.
Tengo miedo de salir, sé que debo hacerlo pero también tengo la certeza de que afuera ÉL puede estar esperándome para terminar lo que comenzó.
Me digo a mi misma que tengo que ser fuerte. Ya queda poco, solo algunos minutos y luego seré libre por algunas semanas. Limpié las lágrimas de mi rostro, saqué la campera de mi mochila (por suerte no se había ensuciado) y me la puse, así por lo menos se disimularía un poco.
Cuando salí del cubículo me miré al espejo y me dieron más ganas de llorar. Lucía horrible y sentía vergüenza de mi misma... después de todo él siempre lograba lo que quería. Lavé mi cara como pude y logre quitar algunas manchas de pintura.
Empecé a caminar hacia la salida pero algo me detuvo, tal como lo imagine él estaba con sus amigos riendo a carcajadas mientras fumaba un cigarrillo (aunque a juzgar por su cara no era mucho de su agrado). Respire hondo, si era sigilosa tal vez pasara desapercibida.
Subí el cierre de mi campera y me puse la capucha. Mi corazón latía fuerte, casi se me salía del pecho. Camine lo más rápido que pude, logre pasarles adelante sin que se percataran y entonces lancé un suspiro, al fin podía estar tranquila.
-¡Taponcito!- es voz me detuvo y mi mundo se vino abajo. ¿Por qué tenía que verme? Hice caso omiso y empecé a caminar nuevamente a paso ligero, podía oír sus pisadas detrás de mí y solo podía preguntarme por qué no me dejaba en paz de una vez. Me tomó del brazo y me giró – ¿No me vas a saludar Taponcito? Después del regalito que te di pensé que serías más agradecida.- dijo con una sonrisa soberbia.
-Tengo que llegar a mi casa.- dije soltándome de su agarre mientras miraba el suelo.
-Oh. La nenita de mamá tiene que llegar a su casita para tomar la sopa y hacer sus tareas.- su tono era burlón.- Dame tu mochila.- Mi respiración empezó a agitarse. No le hice caso. –Te dije que me des tu mochila.- Como no lo hice me la sacó y comenzó a tirar todas las cosas al suelo. Unas inmensas ganas de llorar me invadieron pero traté de contenerme. Tomó mis cuadernos del suelo y comenzó a romperlos uno por uno mientras reía con sus amigos que contemplaban el espectáculo. Yo no podía hacer nada, estaba paralizada, eso era lo que me generaba cada vez que se acercaba. Una lágrima recorrió mi mejilla, estaba destruyendo todas mis cosas. – No llores Taponcito. Son solo tus cosas, no valen nada... como vos.- se acercó más a mí y me acorraló contra la pared, limpió mi lágrima con suavidad.- ¿Cuándo vas a hacerte más mujer Taponcito? A este paso vas a morir virgen. Quizá necesites a alguien que te ayude con eso. –Sus manos rodearon mi cintura y yo empecé a removerme.
-No me toques.- dije con desprecio.
-Vamos... no te hagas. A todas les encanta.- me dijo con una sonrisa.
-Dejame en paz, por favor.- más lagrimas escaparon de mis ojos. -¡Basta!- sollocé pero él ni se movió, parecía que lo disfrutaba. - ¡Ya no quiero más esto!- cerré los ojos, quería desaparecer.
De repente sentí su respiración en mi mejilla y de un momento a otro sus labios tocaron los míos. Me pegó más a él para hacer más intenso el beso pero yo no sabía que hacer... ¡Era mi primer beso! Esto estaba mal, él me hacía mal. Intente despegarme pero no me lo permitió.
Al cabo de unos segundos se alejó y me miró. ¿Qué se supone que era todo esto? Hasta hace unos minutos de odiaba y ahora me besa.
Sonrió de lado. –Gané chicos. Les dije que sería fácil.- pegó media vuelta y se fue junto con todos esos idiotas que lo miraban con admiración.
¡Una maldita apuesta! El me robó mi primer beso por un juego. Algo adentro mío se rompió, todo esto ya era demasiado, ya no lo aguantaba. Me sentí estúpida, ultrajada, manipulada y usada. Pero después de todo ¿eso a quien le importaba?
Tomé todas mis cosas esparcidas por la vereda y las guarde en mi mochila. Corrí hasta casa lo más rápido que pude y me tiré en la cama a llorar.
La puerta de mi cuarto se abrió. Era mi nana. –Anita ¿Por qué esas lágrimas? Otra vez fue ese chico ¿no?- Asentí. Ella se sentó a mi lado y me abrazó. –No dejes que él defina quien sos o te quite toda tu luz solo por diversión.-
-Pero es que no sé qué hacer. Todo esto me está consumiendo nana.- dije entre sollozos.
-De ninguna manera. Eso no lo vamos a permitir. Creo que es momento de que se lo digas a tus padres y si no pensas hacerlo entonces lo hago yo.-
-¡No! No por favor Marga, no se les digas. Yo te prometo que voy a terminar con esto de una vez.-
Ella me miró con resignación pero no dijo nada y al cabo de unos minutos me dejó sola. No sé qué haría sin ella, siempre fue como mi segunda mamá y sé que le pesa ver todo mi dolor pero no puedo decirles a mis padres sobre la pesadilla que cargo hace casi dos años, él no es cualquier chico.
Me acurruque más en mi cama y seguí llorando, lo hice todo el día hasta que me quede dormida, mientras en mi cabeza rondaba un solo pensamiento: ya no quiero seguir con esto...
Hola lectores!!! Gracias por darle una oportunidad a mi historia.
Como podran ver soy Argentina, pense en escribir en nuetro para que les resulte mas familiar pero la realidad es no me sentia totalmente comoda.
Tengo varios capitulos escritos por lo que intentare actualizar al menos dos veces a la semana. Lo mas probable es que sean los dias lunes y jueves.
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Casada con mi Enemigo
Novela JuvenilElla es todo lo que él cree que no necesita... El es todo lo que ella no quiere recordar... Esta es la historia de un reencuentro inesperado que le cambiara la vida a dos jóvenes que juran odiarse pero, como dice el refrán: " Del odio al amor hay un...