Sol Benson | Soy Luna 2

(28) Piensa lo que quieras

Simón está en el parque sentado con su guitarra. Luna le había mandado un mensaje a las una am para que se juntaran hoy aquí pero no la veía.

—¡Simón! Que bueno que viniste— habla Ambar sentándose junto a él.

—Aja ¿Y tú cómo sabías que vendría? ¿Luna te contó?

—No, cuando estaba durmiendo ocupe su móvil para enviarte el mensaje— admite Ambar. Simón se va a levantar pero ella lo detiene tomando su mano—. ¿No queres saber porque te envié el mensaje?

—Neta no me interesa— dice volviéndose a levantar.

¿Qué hago ahora? Se va a ir. Piensa Ambar.

Simón recoge su mochila y la guitarra y como última opción para que no se vaya Ambar decide ser directa.

—Me gustas.

Simón voltea hacia ella—. ¿Qué?

—Me gustas Simón, lo entendí cuando me comenzaste a ignorar—. Simón toma asiento a su lado—. Cuando te conocí solo eras un guitarrista amigo de Lunita. Pero luego de estas vacaciones mis sentimientos hacia ti fueron cambiando...—. Simón le sonreí y Ambar solo lo mira raro—. ¿Y? ¿No vas decir nada?

Simón se encuentra atrapado en su mente. Demasiado feliz a decir verdad. Ambar le estaba correspondiendo. Ella también lo quiere de esa forma.

—Es que... me dejaste sin palabras— admite con una sonrisa que Ambar le devuelve.

Los dos se van acercando lentamente. Ambar cierra sus ojos y justo cuando sus labios están a punto de rozar algo los interrumpe.

Tino y Cato.

—¡Jardinero! Que casualidad encontrarnos aquí— exclama Tino sentándose junto a Simón.

Ambar los mira casi echando fuego por los ojos.

—Creo que llegamos en mal momento— susurra Cato a Tino.

***

—¡Matteo! ¡Chico fresa! — exclama Luna buscando a Matteo en el Jam & Roller.

Finalmente lo encuentra en la pista. Luna patina hacia él con una sonrisa.

—Hola amor— saluda Matteo de una forma cariñosa a Luna.

Ella lo mira sonrojada, aún no se acostumbra a eso.

—Tengo noticias— dice tomando sus manos—. Mis padres ganaron el juicio.

—¿Qué? ¿Es enserio?—. Luna asiente con la cabeza—. ¡Esa si que es una buena noticia!— exclama levantando a Luna para dar una vuelta y se unen en un beso.

Es bueno saber que, a pesar de las discusiones, siguen juntos.

***

—Gracias por acompañarme al aeropuerto Nina— agradece Xavi.

—Es lo menos que podía hacer digo, tú viniste a Buenos Aires por mi.