De cómo Daryl Dixon está enamorado de Carol Peletier.

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Ese día vio algo que nunca antes había visto. No podía descifrar qué exactamente, era como si una luz se hubiera encendido, tal vez había estado ahí todo el tiempo pero aun así no lo alcanzaba a entender ¿qué era? con ella siempre había sido así, difícil, pero esta vez era algo distinto ¿qué era? Tal vez el sabor de la comida que preparaba o la sonrisa que siempre reservaba para él, la forma como su cabello se rizaba en las puntas o como sus labios se volvían más rojos y sus ojos más azules con el frío, la dulzura con la que miraba a los niños, la delicadeza con la que curaba las múltiples heridas con las que él siempre regresaba a la prisión, la manera que tenía de comprenderlo sin la necesidad de decir una sola palabra, la calidez que solo sentía cuando estaba cerca de ella o tal vez el sonido de su voz pronunciando su nombre. Tal vez era toda ella ¿cuál era el nombre para todas las cosas que Carol le hacía sentir? si tenía un nombre él no lo conocía. Lo hacía temblar y lo dejaba con ganas de más al mismo tiempo.

La había seguido con la mirada todo el día, en realidad lo había estado haciendo por meses, ella se la pasaba corriendo de un lado a otro, ocupándose de la comida y pasando tiempo con los niños, charlando siempre con alguien, asegurándose que todo el mundo estaba bien "así es ella" la persona más jodidamente amable que jamás hubiera conocido y sin embargo era también una mujer fuerte. Eso le gustaba, ella le gustaba, toda ella, pero esa era la parte sencilla, seguro que le gustaban muchas cosas, entonces ¿qué era? ¿cómo podía estar seguro si era algo que nunca había sentido? La pregunta se repitió una y otra vez mientras intentaba dormir y de nuevo por todo ese día.

Esta mujer, lo iba a volver loco, cuando se sentaba tan cerca y le hablaba muy bajo, como si no quisiera ser escuchada por nadie más que por él, cuando le sonreía dejándolo sin aliento, cuando tocaba despistadamente su brazo haciéndolo estremecer. Esos ratos, cuando ella llegaba a hacerle compañía en lo alto de la torre de vigilancia se habían convertido en sus momentos favoritos del día.

-Tendría que irme ya- habló ella después de un agradable silencio -Beth quiere pasar un rato con Zack- volvió a echar un vistazo a los walkers que trataban inútilmente alcanzarlos desde el suelo y luego lo miro de nuevo -voy a cuidar de Judith mientras Rick termina-

-deberías dejar que esos dos se hagan cargo de asskicker- respondió él mirando hacia la prisión -tal vez de esa manera ese muchacho se asuste y nos evitaremos la pena de tener más bebés llorando toda la noche- probablemente había dicho algo gracioso porque ahora Carol se estaba riendo

-suenas como un hermano mayor celoso- ambos rieron -ella cuida a Judy todos los días, se merece un descanso- agregó poniéndose de pie y él la siguió

-sí, tú deberías darte un descanso también- replicó deseando que se quedara más tiempo con él

-lo mismo digo- le sonrió sosteniendo su mirada un momento -será solo por hoy- el asintió con la cabeza resignado -buenas noches Daryl-

-buenas noches- respondió él viéndola desaparecer dentro de la torre, en realidad no importaba mucho saber lo que era, aunque pudiera darle un nombre no sabría que hacer al respecto, si es que había algo por hacer. Mientras todo fuera así, mientras ella reservara esa sonrisa solo para él, nada más importaba.


Del porque Daryl Dixon ama a Carol PeletierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora