Nunca se había detenido a pensar en lo pocos que eran, en lo pocos que quedaban, en lo cercanos que los sentía. T-Dog ya no estaba, Hershel no estaba en condición de ayudar dejándolos en una precaria situación. Tenían que confiar, no solo en que esta extraña les estaba diciendo la verdad, si no también en esos otros dos hombres, Axel y Oscar y si era sincero, la idea lo no le gustaba mucho, pero tenía que confiar porque en realidad no le quedaba otra opción. Quien sabe que cosas les esperaban, Rick y él podían arreglárselas, seguramente encontrarían una manera, eran las personas que dejaba en esa prisión las que le preocupaban, ya le había prometido a Carl mantener a su padre a salvo esperando que el niño no se metiera a sí mismo en problemas, entro al bloque de celdas una última vez para tomar su ballesta y después tendría que irse. Carol estaba de pie fuera pabellón de celdas mirando a todos prepararse y sosteniendo a Judith amorosamente, más allá de todo lo que habían perdido, todo lo que enfrentaban en ese mismo momento, estas dos mujeres habían regresado de las tumbas y junto con ellas un poco de esperanza, se habían negado a rendirse y ahora ellos seguían su ejemplo, porque él volvería a la prisión, nadie más iba a morir, no perderían a nadie más. Traerían a Maggie y a Glenn de vuelta sin importar nada, ellas estarían bien, incluso si se estaba mintiendo, no podía permitirse pensar de otra manera, no quería pensar en todo lo que probablemente podía salir mal.
Irse de cualquier manera, era la parte difícil. Salió del pabellón y se acercó hasta Carol, tocó su brazo un segundo para llamar su atención, no quería despedirse ¿cómo podía decirle adiós? sencillo, no podía. Pero al mismo tiempo quería despedirse ¿cómo podía irse sin hacerlo? no podía. Las contradicciones que esta mujer le causaba.
-Mantente a salvo- porque esos días sin ella habían sido los peores que había pasado y no quería volver a sentirse así nunca más, TENÍA que mantenerse a salvo por si misma el tiempo que él no estuviera para mantener un ojo en ella. No quería perderla otra vez, no podía
-nueve vidas ¿recuerdas?- ella le sonrió dulcemente mirándolo a los ojos, era así como quería recordarla, si no lograba volver, si moría en esa misión al menos tendría esa última sonrisa suya en su mente, él le sonrió de vuelta y comenzó a caminar mirándola una última vez.
Ella tenía que resistir hasta que el regresara y él definitivamente tenía que volver, por ella.
ESTÁS LEYENDO
Del porque Daryl Dixon ama a Carol Peletier
Hayran KurguTal vez era el sabor de la comida que preparaba o la sonrisa que siempre reservaba para él, la forma como su cabello se rizaba en las puntas o como sus labios se volvían más rojos y sus ojos más azules con el frío, la dulzura con la que miraba a los...