Capitulo XXIII

1K 48 6
                                    

Pov Jennie

Roseanne golpeaba fuerte, sentía mi mejilla latiendo, pero eso no era nada comparado con el hecho de perder a Lili para siempre, ese era un dolor incomparable.

—Salgamos de aquí —dijo tirándome de la mano y guiándome a la salida del local.

Salimos tomadas de la mano hasta mi auto, pero me detuve en seco volteándome hacia ella, girándola frente a mí tome sus manos y las entrelace. Bajé la mirada y suspiré.

—Lili, estoy enferma y quiero tratarme —aclaré sin vuelta atrás—. Soy una egoísta, siempre lo fui, y no quiero separarme nunca más de ti —dije dejando escapar el aire que estaba reteniendo—. No quiero estar muerta, te amo.

Vi como pestañeaba e intentaba respirar, cuando por fin lo hizo me miraba fijamente a los ojos, buscando si le estaba diciendo la verdad o estaba nuevamente mintiendo solo para retenerla.

—Te amo, Jennie Kim, has tomado la decisión correcta.

Al escucharlo de sus labios fue la mejor sensación, retomé nuestro andar.

—Nos vamos a casa.

Ella me detuvo.

—Oh, santo cielos, he dejado a Lyon en mi departamento —dijo llevando su mano libre a la frente.

Quise reírme, pero no era la ocasión ni el momento.

—No te preocupes, él está en el auto, lo pasé a recoger.

Y antes que me preguntara le mostré la copia de la llave que me había dado.

—Entonces fuiste tú quien llamó a Rosie y te contó todo —preguntó curiosa.

—Sí, después que te fuiste caí de rodillas llorando como Magdalena y me preocupé por ti, por la forma en la que te fuiste temí que estarías destrozada —Me detuve para respirar y continuar—. Me levanté como pude y llamé a Roseanne en mi desesperación, y ya sabes el resto —dije al llegar al auto abriéndole la puerta para que entrara, y luego entré encendiendo el motor y salimos de allí.

—Nini ¿cómo hiciste para que Lyon se fuera contigo? —preguntó con el perro en su regazo, acariciándolo y viendo como este disfrutaba de las caricias. Sentí celos, porque yo quería estar en su lugar.

—Nini, estás sintiendo celos de Lyon porque lo tengo así —dijo refiriéndose a las caricias.

Puse los ojos como platos desviando un poco la vista de la carretera.

—¡Cielos! Eres mentalista. ¿Cómo sabias lo que estaba pensando? —pregunté, a lo que ella se encogió de hombros.

—Solo es sentido común —dijo continuando con sus caricias al canino.

—¿Sabes? Me das miedito —dije sintiendo pánico (literal).

—No seas tonta, aún no me has respondido lo que te pregunté —dijo dando un golpe leve en mi hombro.

—Está bien. Intenté sobornarlo con galletas para que se subiera al auto, y como dicen que los perros se parecen a sus dueños...

—¿Qué estás queriendo decir? —preguntó mirándome con los ojos achicados.

—Lili, que él se parece a ti, que ni siquiera dándole sus galletas favoritas quiso subirse al auto, y tampoco dejó que le pusiera la correa. Me resigné y le hablé y para mi sorpresa se subió solo.

—Si le hablaste con la verdad percibió tu sinceridad. Te he dicho siempre que no subestimes a Lyon porque es muy inteligente.

—Estoy totalmente de acuerdo —finalicé  mientras me detenía frente a nuestro hogar, se sentía bien cuando decía "NUESTRO".

New Woman (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora