4.Verdades y nada mas.

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Acostumbro a dormir mucho siempre que tengo la oportunidad. Y como no, hoy no iba a ser diferente. 11 es suficiente para mi. Y eso que de pequeño podía dormir hasta las 13:00.

Bajé a la cocina, pero no había nadie. No oía ni un solo ruido en toda la casa. Ni una puerta ni nada.

Supuse que Bianca aparecería de la nada en algún momento. Hasta en tonces, me puse un desayuno algo moderado. Mi café y mis frutas. No soporto comer pesado en la primera comida del día. Me siento después que me cuesta todo.

Un ruido en la parte superior de la casa llamó mi atención. Al parecer no era el único que se encontraba en la casa.

Oí unos zapatos bajando por las escaleras, era Bianca. Al parecer esta chica dormía más que yo. Traedla un wiski, es una genio.

-Buenos días.- Dijo con una gran sonrisa proveniente de su rostro.

-Buenos días. ¿A que hora habías pensado para salir?

Ella se paró durante unos segundos para pensar lo que le quedaba por hacer.

-¿Que te parece en una hora?- No se por que me lo preguntaba si era ella la que quería ir.

-A su gusto.

Después de desayunar subí hacia mi habitación. Me dio la sensación de que aquello estaba muy vacío. Mas bien las paredes. Necesitaba pósteres o algo por el estilo.

Bueno, supongo que podía aprovechar hoy para comprar un espejo y pasar a por unos pósteres.

Nos dirijimos hacia la parada para coger un autobús que nos llevara a la tienda de muebles. Suponía que Bianca sabría cual coger, ya que ella lleva mucho tiempo viviendo por la zona. Vamos que no espere que yo hiciera algo de eso.

-Wow.

Fue lo único que fui capaz de decir al ver el gran almacén por fuera. Solo a simple vista se distinguían los tres pisos.

Solo con llegar a la entrada podías observar las escaleras mecánicas que te dirigen al lugar con sus muebles específicos.

Los de habitación y baño estaban en la tercera planta, y pues tuvimos que subir.

Apenas estábamos llegando a la primera exposición cuando oí mi nombre.

-Oliver, espera.

Esa voz me sonaba. Me resultaba familiar. Tardé un poco en reconocerla del todo, pero para cuando me di cuenta, ella ya estaba en frente de mi. Inés.

Le di un fuerte abrazo.

-¿Que haces aquí?- Pregunté una pregunta estúpida. Como no, cosas estúpidas viniendo del mi.

Piensa un poquito, venga que tu puedes. Está en una tienda de muebles y cosas para el hogar pero sin embargo ha venido a patinar sobre hielo.

-Necesito una cama, un colchón y un escritorio para mi cuarto.- Obvio.

Bianca me dio un codazo para hacerme a la idea de que la presentara.

-Oh, Bianca ella es Inés. De mi clase. Inés. Bianca, una compañera de casa.

Las dos se saludaron como si de toda la vida se conocieran. En fin, mujeres...

-¿Y que habéis venido a comprar vosotros?- Inés hacia las mismas preguntas estúpidas que yo. Eso me hacia mucha gracia y me sentía cómodo.

-Necesito un escritorio.- Bianca respondió con su voz suave y poco temblorosa.

Nos pusimos en marcha e hicimos un buen rato el idiota por las camas, a la misma vez que casi me quedo ahí dormido. Justo encontré el mismo colchón que tenia yo y pues la costumbre.

Estuvimos apuntando lo que íbamos a comprar, pero en un momento caímos en que no teníamos medio de transporte para cargar los muebles.

Tuvimos que gastarnos un dineral en hacer un encargo que llegaría antes 3 y 5 días a las casas.

Bianca debió notar que había algo de conexión entre nosotros, porque en cuanto pensamos en ir a tomar algo o a comer en algún sitio, ella se excusó y se marchó.

-Conozco un restaurante Italiano por aquí cerca que te gustaría.- Dijo Inés frotándose las manos.

No me moría de hambre como para ir a comer pasta y pizza. Pero bueno, cualquier cosa con tal de estar mas tiempo con ella. Así que le dije que me llevara.

Llegados allí, vi que la carta era mas amplia de lo esperado. Había de todo, y que pinta todo.

Terminé por pedir una ensalada de boletus con ajo. Ella sin embargo pidió una pizza enorme. Me hacia sentir bien que comía sin preocupaciones.

Todo iba sobre ruedas. Estaba siendo una comida excepcional.

-¿Y tus padres dónde estan ahora mismo?

Ella se quedó paralizada al escuchar mi pregunta.

En ese momento supe que la había cagado. Muy bien Oliver, ya la estabas liando de nuevo.

-Olvida la pregunta...

Dije eso para que pudiéramos seguir disfrutando de la comida.

-No... No importa.

Puse mis 5 sentidos en su dirección para no perder detalle.

-La verdad, solo tengo Madre.- Me descolocó por dentro ese echo. La había cagado mas que ninguna vez antes. Ella continuó. -Mi padre murió cuando yo tenia quince años. Estábamos en casa, y él venía de un viaje en avión.- Me temía lo peor.

-No tienes porque seguir...

Fui interrumpido, y sin decir nada ella continuó contando.

-Mi casa está muy lejos del aeropuerto, y hay que coger un tren. Mi padre iba en tren, cuando desgraciadamente el tren descarriló y chocó contra un gran muro que limitaba la vía. 230 personas perdieron la vida, y entre ellos... Mi padre.

No pude contenerme. Una pequeña lágrima saltó de mi ojo deslizándose por mi mejilla.

-Pero no te preocupes. He aprendido a vivir con ello. Y mi madre ya esta recuperada.- Ella lo dijo para que yo no me sintiera mal por la pregunta. Pero aun así, me sentía la persona más estúpida del mundo. A veces es mejor callarse las cosas, para evitar el sufrimiento de los demás.

-No se que decir.- Fue lo único que pude decir después de ello.

-No te preocupes. Eso quedó en el pasado y yo he sabido como seguir para adelante.- Me lo dijo con una sonrisa tan bonita que no pude evitar sonreír. Si ella lo decía, sería verdad.

El camarero nos trajo la cuenta. Vi que ella iba a sacar su cartera. Pero tenia que ser caballeroso y evitarlo.

-Guarda tu dinero. Yo invito.

-Así que tienes un lado caballeroso.- Una risita lo continuó que me hizo reír también.

No se como esa chica era capaz de hacerme sentir tan cómodo. Tan a gusto y tan bien. La conocía de poco pero creía que me gustaba. Para saber si alguien te gusta, un mes es seguro, un día aproximado, pero una hora suficiente para saberlo.

Definitivamente ella era especial. Pero bueno, una chica diez como lo es ella jamas se fijaría en un chico cutre y pringado como yo. En fin, los sueños se llaman sueños porque no se cumplen nunca.

Espero que disfrutéis de este capitulo.

Si es así, votad por el. U.U

La razón de Oli. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora