31.Versiones diferentes.

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Óliver.

No podía dormir nada. Me sentía atraído por Aleisha, pero aún sentía a Inés. Era como si tuviese un conflicto interno.

Si anteriormente decía que Inés era el amor de mi vida, ¿cómo puedo estar atraído por Aleisha de tal manera?

                                  ...

Llegué a clase con más tiempo de lo normal, así que decidí ir antes a la cafetería a por un café.

Estaba esperando cuando alguien me dio un toque por la espalda.

-¡Buenos días!- Dijo inés enérgicamente.

-Buenos días.- Dije sonriendo.

Empezamos a hablar por un rato como lo hacíamos el primer día que nos conocimos. De temas de actualidad, del pasado antes de llegar a la universidad. Era como antes, pero sin sentimientos a penas.

Ya no me sentía incómodo al estar simplemente cerca de ella. Y tampoco me afectaba el que ella ya no quisiera.

Le volví a contar mi vida de antes de conocerla, de mi familia, amigos, procedencia y todo aquello de lo que hablé con ella ese primer día.

Fui a clase un poco antes que ella para acomodarme. Abrí mi portátil para los apuntes y el resto de cosas que tenía ahí.

Giré mi cabeza hacia Inés al ver que venía, pero la notaba diferente. Tenía la vista perdida y andaba de manera lenta.

-¿Estás bien?- Pregunté algo preocupado. No me respondió. -¿Inés?

-Eh, sí.

A la salida me encontré con Aleisha. Ambos íbamos de vuelta a casa.

-¡Hey! ¿Te parece si vamos a cenar hoy?- Me preguntó con su radiante sonrisa.

-Claro.- Definitivamente necesitaba salir un día, después de las vacaciones que he tenido una cena es como una fiesta para mi.

Llegamos a casa para prepararnos y como a las 19:00 salir para el restaurante.

-¿Estás lista?- Grité esperando una respuesta.

-¡Dame dos minutos!

-¿A que viene tanto alarido?- Dijo Sydney saliendo de su habitación.

-Vamos a cenar Aleisha y yo.- Dije con una sonrisa pícara que me salió inconscientemente.

-Pasadlo bien.- Syd me guiñó un ojo y volvió a su habitación.

Me quedé callado por un momento. ¿Qué acababa de pasar? Yo mismo insinúe algo que ni yo sabía que era.

-Ya estoy.- Dijo Alesha saliendo de su habitación.

Me giré para verla. Apenas pude hablar al ver su vestido.

Era corto y blanco que hacía un contraste perfecto con su pelo.

Y yo simplemente con una camiseta gris y negra y mis típicos vaqueros.

-Wow, estás genial.

-Tu también.

Iba de camino a la parada cuando Aleisha me agarró de mi muñeca para girarme.

-¿Y si vamos en mi coche?- Me preguntó sacando las llaves y moviéndolas agarradas por la anilla.

Pulsó un botón y un audi gris parpadeó sus luces intermitentes.

-Pedazo coche.- Dije abriendo la puerta y acto seguido entrando.

-Regalo de cumpleaños.

-No sabía que tuvieses el carné.- Dije mirándola.

La razón de Oli. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora