Fue volver a casa después de una tarde de biblioteca y ver a Inés y a Sydney con bolsas de disfraces, maquillaje y mas cosas que no sabía muy bien lo que eran.
En cuanto me vieron pasar por la puerta me miraron, me agarraron del brazo y me llevaron a la habitación de Sydney.
-Tienes que probarte esto.- Dijo Inés.
Me puse lo que me dieron. No me di cuenta de lo que era hasta que ya lo tenía al completo puesto.
-¿Pero que es esto?
Pregunté aun teniendo dudas sobre lo que realmente era.
-Vas a ir de novio cadáver.- Sydney lo dijo en un tono parecido al de mi madre cuando me obligaba a hacer algo que no quería hacer.
-Y yo voy a ser la novia cadáver.
Al menos iría en conjunto con la chica de mis sueños. Tampoco sería tan malo.
Y ahora que me fijaba, me quedaba de perlas, como si estuviese echo para mi.
-Debería de irme a mi casa ya.- Inés comenzó a recoger sus cosas.
No veía el por que no podría quedarse hoy a dormir.
-Quédate a dormir, y mañana no hace falta quedar para ir. Vamos directamente desde aquí.
Traté de convencerla.
-Puf, no tengo ropa limpia, ni el pijama ni nada...
-No vas a necesitar ropa.- Dije guiñándole un ojo.
-Vale, id a vuestra habitación. Que yo de sujeta velas no.- Sydney nos echó, y la hicimos caso en eso.
-Me siento sucia.
Se quitó la camiseta. Yo como un embobado me quedé mirando. En serio, no era normal lo que me hacía sentir esa chica.
-Me voy a duchar, si quieres pasar tu solo hazlo.
El típico polvo de la ducha...
Casi sin pensármelo me quité la ropa y me fuí con ella.
El agua nos excitaba a ambos, provocando unas ganas de no terminar nunca.
Las caricias me poseían, sus labios me comían y mi tapa la abastecía.
¿A caso podía existir algo mejor? En ese momento no se me ocurría nada.
Sus manos se paseaban por todo mi cuerpo, hasta que la puse sobre mi, dejándola indefensa y haciendo del amor un arte que nadie era capaz de igualar.
...
A la mañana nos levantamos realmente tarde para lo que solíamos.
-Óliver necesito algo para ponerme. Dame una camiseta y un pantalón de chandal hasta ir a la fiesta.
Y así lo hice. No teníamos nada que hacer durante el día así que pedimos unas pizzas y nos dedicamos a ver un maratón de películas de todo tipo.
Unas dos horas antes de la fiesta nos duchamos todos y empezamos a disfrazarnos.
El maquillaje que compraron era perfecto para hacer disfraces. Tanto que para que quedáramos bien estuvimos una hora y media en total para terminarnos a los tres.
Os hago una breve descripción de nosotros.
Sydney iba de Bloody Mery, con un vestido azul y roturas, muy bien maquillada con sangre por muchas partes.
Inés tenía un vestido blanco tradicional, con un velo roto, el pelo despeinado y maquillaje por un tubo.
Y yo, con un esmoquin roto, que me quedaba genial, y el maquillaje era genial.
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La razón de Oli. [COMPLETA]
RomanceOliver Málaga es un chico de 18 años que empieza su primer año en la universidad. Es un chico español, cuyos padres tienen grandes cantidades de dinero. Se encuentra actualmente en Los Estados Unidos, en el estado de Colorado. Mientras que su famili...