9.El juego loco.

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Inés.

Le dejé que se durmiera conmigo. Sabía perfectamente que sería lo mejor para él.

Podía sentir el calor desprendía. Podía oír como respiraba.
Me giré mirando hacia fuera de la cama, no era capaz de conciliar el sueño.

Una cálida mano me tocó el costado. Al instante me giré. Me miraba con sus ojos azules como el cielo.

-No puedo dormir.

Él me dijo bajando la mirada.

-Ni yo.

Me puse nerviosa, como si él supiera lo que quería decirle, pero me contenía.

-¿Sabes?- Me hizo centrarme en lo que me decía. -El motivo por el cual no soy capaz de dormir es porque...

Hizo un parón que casi me mata.

-¿El qué?- Insistí en que me lo contara.

-Es...

No me lo podía creer. ¡SE HABÍA QUEDADO DORMIDO! Me estaba vacilando o algo. Era el momento en el que me diría todo lo que quería saber... Y se durmió.

Dios, os digo de verdad que me enfadó ese estúpido comportamiento que a su vez enamoraba.

No podía parar de mirarle. Era perfecto, con su pelo rubio castaño suelto. Esos labios que no podía parar de pensar en besarlos.

Y en cuanto me quise dar cuenta, me quedé dormida.

Un rayo de sol que me daba en la cara me despertó. Oía el sonido de la ducha. Después noté que Oliver no estaba en la cama.

El pomo de la puerta se movió, y yo como una niña pequeña me hice la dormida.

Salió a coger su ropa con la toalla sobre su cintura.

Me fijé en su físico. Era la primera vez que le veía sin camiseta. No estaba súper musculado, pero si tenía unos abdominales que daban ganas de pegarles un mordisco.

Se volvió para el baño y solté todo el aire que contuve durante esos escasos seis segundos.

Tenía muchísimo calor y sudaba como un pollo.

Volvió a salir del baño con la ropa puesta. Yo me levanté de la cama hacia la cocina, y allí estaba él.

-Tengo que ir pronto a mi casa para ayudar a los demás a preparar todo.- Me dijo sirviéndose un café.

-Pues nos vemos allí supongo.

Se bebió su café y se fue.

Yo me quedé pensando en que hacer hasta la fiesta, y pues caí en que tenía que comprar un regalo para Tony.

Era una buena manera para pasar el rato, salvo porque no tengo ni idea que le gusta. Es mas, ni siquiera le conozco.

En un momento dado me acordé que Oli me dijo que Tony era muy fan de Guns 'n' Roses, así que le compré una camiseta en una tienda algo rara.

Faltaba poco para que empezara la fiesta, así que me fui a casa de Oliver.

Antes de entrar pude oír la musica a todo volumen. Había un montón de gente en todas partes.

No veía a Óliver por ninguna parte, y no conocía a nadie. Bueno, a casi nadie. Reconocí a Sydney en la cocina y me acerqué a pesar de que estuviera con dos chicas más.

-¡Ines!

Grito mi nombre con una gran sonrisa y me dio un fuerte abrazo.

-Hola...- Dije algo tímida.

La razón de Oli. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora