Capítulo final. Parte 1.

62 4 0
                                    

Óliver.

Rápidamente deshice el nudo de las manos y la tumbé bien en la cama.

-¡Inés!- Grité que hasta el último vecino se podría haber enterado.

Cogí rápidamente mi teléfono.

-¡Emergencias!- Grité al móvil buscando auxilio tras haber marcado el número de emergencias.

Colgué ya avisados.

Tenía a Inés inconsciente a mi lado, amoratada, con marcas en las muñecas de haber estado atada y por todo el cuerpo de lo que parecen abusos.

Tapé su cuerpo desnudo con una manta. No podía seguir viendo el cuerpo maltratado.

-Cogeré a quien te hizo esto y le haré lo que solo un psicópata saber hacer.- Dije en pleno llanto.

                                 ...

-Está estable. Se recuperará, pero se quedará unos días ingresada solo por si acaso.- Dijo el doctor.

Ella dormía plácidamente. No había dormido en toda la noche, llevábamos en el hospital ya unas cinco horas, y estaba muy cansado, demasiado.

-Hola. ¿Cómo se encuentra?- Dijo Sydney entrando entrando en la habitación.

-Está bien...- Dije señalándola con la mirada.

A Sydney comenzó a acercarse a mi. Me abrazó y se tapó la cara con mi cuerpo.

-Ya os vi así una vez, y no pude... No pude con mi alma. No pude estar en esa habitación ni cinco minutos.- Dijo con la voz cortada.

-Se pondrá bien.- Traté de calmarla. -Ya hablé con el médico.

Escuchamos unos pequeños ruidos de alguien desperezándose.

Giramos ambos la cabeza hacia Inés. Había despertado.

-...Hola...- Dijo con una pequeña sonrisa.

-¡Inés!- Dije acercándome.

Me agaché, le cogí de la mano y apoyé mi cabeza sobre esta.

-Gracias.- Me dijo sonriendo.

Levanté mi cabeza para ver sus ojos, sus oscuros y calientes ojos. Hacía tiempo que no los podía observar, era algo que echaba en falta.

-¿Qué pasó? ¿Quién te hizo esto?- Pregunté sin apartar mi mirada.

-No me acuerdo...- Dijo confusa.

Nos quedamos los tres en silencio. Solo se escuchaba el sonido de la calefacción.

-Solo recuerdo...- Continuó Inés. -Despertarme y estar desnuda atada en la cama, sin fuerzas, con todos mis cajones removidos.

-¿Quien fue?- Volví a preguntar.

-Se llamaba Axel... Pero no se su apellido...- Trataba de recordar.

-¿Cómo era?- Preguntó Sydney.

-Estaba muy fuerte, me recordó a Tony. Además, tenía un deportivo negro... Me llamó para quedar, pero con número oculto... No me acuerdo de nada más...- La voz se le cortaba.

-Para que no supiéramos quien era...- Pensé para mis adentros.

-Tienes que hacer un pequeño esfuerzo.- Dijo Sydney con su melódica voz.

-No puedo...- Comenzó a llorar.

En ese momento vi claro lo que tenía que hacer. No se saldría con la suya.

La razón de Oli. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora