Name of love |Martin Garrix fanfic|

Capitulo 27

Eran las 9:30 de la mañana y acabábamos de aterrizar en Italia, Martin me había despertado a las 5:00 para irnos al aeropuerto, no sé cómo pudo tener energía después de la noche que pasamos. Estábamos en el aeropuerto esperando a que un taxi nos recogiera para llevarnos al hotel.

-¿Crees que sería buena idea rentar un coche?

-No. -voltee a verlo- venimos de vacaciones, vamos a usar taxis, autobuses, líneas del metro y sobre todo caminar, es Italia, es genial recorrer al ciudad a pie y no en un estupido coche.

-Esta bien, pero no te enojes.

-Ahí está un taxi. -nos subimos al taxi y Martin le dio el nombre del hotel, llegamos al hotel y el señor nos ayudó a bajar las maletas y después se encargaron los botones, el hotel era muy lindo y lujoso, la mayoría de los adornos eran de cristal cortado y o por dios, no había visto ningún hombre feo desde que había llegado.

-Suite matrimonial, último piso. -sonrío coqueta la recepcionista.

-Vamos amor. -sonreí y tome la mano de Martin.

-¿Celosa?

-¿Por ti y de esa italiana? Hay amor, esa no me llega ni a los talones. -le guiñe un ojo y se rió. Llegamos a la habitación y Martin me besó, y poco a poco el beso fue subiendo de tono- Martin no.

-¿Por que nena? -me besó el cuello.

-Porque ando con Andrés. -suspire, si a la regla se le había ocurrido llegarme hoy- ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?

-¿Me engañas con otro? ¿Por eso quieres saber cuánto estaremos aquí? Para saber cuánto tiempo estarás sin verlo, pues si quieres nos largamos ya.

-No Martin, yo no te engaño.

-No me hables, iré al bar, vamos a volver a Amstelveen hoy.

-Ve al bar y cuando vuelvas hablamos, porque conociéndote no me vas a escuchar ahorita.

-Gracias dios por mandar a las mujeres pero pudiste haberlas hecho un poco menos irritantes. -reí y Martin salió de la habitación.
Me cambie por un pantalón deportivo y me acosté a dormir. Unos ruidos extraños interrumpieron mi sueño joder estaba soñando que conocía a Justin Bieber y me besaba, uh estupido Martin, si Martin era el de los ruidos raros.

-¿Ya se te pasó el mal humor y ya vamos a hablar?

-Si.

-¿Cuánto bebiste?

-No mucho, solo tres copas.

-Esta bien.

-Dime lo que sea que me vas a decir.

-Martin yo no te engaño, Andrés es solo. -me interrumpió.

-Ni siquiera digas el nombre del mal nacido ese, que llegando a Amstelveen voy a mandar a matarlo. -reí, vaya que Martin podía ser celoso si se lo proponía.

-No me interrumpas más y si lo vuelves a hacer, créeme que bajaré a recepción y entonces si te engañaré con un italiano. -reí- Martin -suspire- Andrés es una expresión que se usa para no decir, oye me llego la regla.

-¿Qué? ¿Entonces no voy a matar a nadie?

-No Martin, no puedes matar a la regla, por eso no podemos hacer eso. -reí.

-Diablos mi amor lo siento tanto, yo no sabía. -me abrazo.

-Ya me di cuenta. -reí y me besó.

-¿Vamos a comer?

-Vamos. -tome mi backpack y metí mi cartera y mi celular.

-¿Así te vas? -señaló mi vestimenta.