Capítulo 20 (Maratón 1/3)

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Percy dio un último trago al licor de su vaso y se levantó dispuesto a irse a su habitación para descansar. Desde la desaparición de Angy no había hecho otra cosa que acostarse con cualquier fulana que se metiera en su camino, meterse en peleas y beber. Sobre todo, beber.

Celine se le atravesó en su camino hacia el salón. Decidió acompañarla pues era casi la hora de comer. Belladona apareció pocos minutos después jugueteando con uno de sus caballos de madera en las manos y una muñeca de trapo. El timbre sonó. ¿Quién molestaba a esas horas?

Winny se dirigió a abrir echando humo por las orejas mientras se secaba las manos con un trapo de la cocina. Gruñó antes de abrir la puerta y sus ojos se abrieron con sorpresa, además de que gritó de alegría mientras abrazaba a Angelica llorando de felicidad.

Alarmados por sus gritos, la familia al completo apareció en el rellano y se sorprendió al ver a una muy cambiada Angy. Llevaba puesto un vestido rojo sangre con detalles negros y dorados, su pelo estaba recogido en un semirrecogido de trenzas que le llegaba hasta poco más abajo de la cintura, casi las caderas. Dio una rápida mirada a todos los presentes y sus hermanas se lanzaron a abrazarla mientras lloraban de la alegría. Pocos minutos después, Percy se acercó a ella y la miró desde su altura. Ella era bastante más baja que él por lo que tuvo que levantar la cabeza.

—No vuelvas a hacer eso — ordenó abrazándose a su hermana menor mientras dejaba escapar unas pocas lágrimas — No sabes lo preocupado que estaba por ti...

—Tu aliento me lo dice todo, hermanito — comentó mientras se separaban.

—Estás preciosa, Angy... — la besó la cabeza y la familia se dirigió al comedor para comenzar su reunión. Ahora todos estaban reunidos de nuevo — Ahora dime, ¿dónde has estado, con quién y qué has estado haciendo? — preguntó seriamente casi terminando el segundo plato.

—Em... Yo... — miró a su hermana mayor y buscó ayuda, pero ella negó con la cabeza, instándola a que comenzara a hablar — Me fui con Phoebe y con Devon a Nueva Orleans. He-hemos estado trabajando en el taller de ella mientras continuábamos los estudios — se atrevió a decir con algo de miedo.

—¿Esa furcia os obligó a trabajar? — casi gritó Percy comenzando a sentir la furia por sus venas.

—¡No la llames así! — gritó la joven — Con solo unas pocas monedas, comenzamos a invertir y casi triplicamos nuestros ingresos mientras formábamos un negocio. Ella siempre nos insistió en que ella se ocuparía de todo, pero la ayudábamos sin escucharla. Mientras trabajaba, nos consiguió unos profesores independientes para no dejar nuestros estudios, y nosotros se lo pagábamos yo ayudándola a coser y Devon haciendo las entregas a los clientes — explicó roja del enfado — Nos costó convencerla para que nos dejara ir con ella y fue ella quien nos mandó aquí en cuanto recibimos la carta de Celine — la señaló con la mano extendida y la susodicha empalideció.

—¿Cómo que te comunicabas con ella? — preguntó el hombre mirándolas seriamente — ¡Me dijiste que no sabías nada de ella desde su desaparición! — chilló levantándose de la silla.

—¡¿Y qué querías que hiciera?! ¡Mi hermana estaba preocupada por Phoebe y quería ayudarla! Ambas sabíamos que si te lo decíamos nos lo prohibirías, por lo que ella se escapó sin decir nada — replicó mientras intentaba controlar su humor, como haría una dama — ¡Yo habría hecho lo mismo si hubiera tenido la oportunidad! ¡Pero no lo hice! — gritó fuera de sí.

—¿Y por qué os escapasteis? ¡Dime, Angy! ¡¿Por qué?!

—¡No puedo decírtelo! ¡Es un secreto! — dijo la niña aguantando las lágrimas.

—¡Dímelo ahora mismo, Angelica! — chilló agarrándola de los hombros.

—¡Ella está embarazada! — Celine ahogó un grito mientras se cubría el rostro por la confesión de su hermana. El secreto que habían mantenido desde hacía casi un año se había esfumado por la presión de Percy. Angy lloró mirando los ojos de su hermano — Ella está embarazada, en el último periodo. Y habría venido con nosotros de no ser porque está a punto de dar a luz si no lo ha hecho ya — dijo con furia contenida en su voz.

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