Desperté,eran las 5:00 de la mañana Dipper dormía lindo no se lo que había pasado,fue hermoso,no tengo como explicarlo lo amo enserio y mucho.
No quise despertarlo por ende le di un beso en la frente,me metí a darme una ducha, prendí el boiler y busque mis cosas para ponerme.
No sabía cómo sería mi primera vez,siempre imagine velas con mi esposo después de los dieciocho pero ahora que no fue nada de eso lo único que puedo decir de eso,es que fue maravilloso no sentí mucho placer tal vez por que me dolía pero ver a Dipper frente a frente,besándome mientras yo acariciaba su delicada y dura espalda fue fantástico.
Mi mundo giraba en su entorno pensaba en el y sólo el.
Quería que pasase mucho tiempo y volverme un día su esposa también la madre de sus hijos.
Pero sabía que eso no se hiba a poder,eramos hermanos eso era un incesto.
Mis lágrimas rodaron,me recosté en la tina en veces quisiera que las cosas no fueran así en serio.
Dipper Pines ¿y yo? Maldita sea. No sabes cuantas ganas tengo de que no hayamos sido hermanos.
Pasaron diez,veinte,treinta hasta cuarenta minutos en el baño,solo quería ver por qué Dios fue tan cruel conmigo.
Después que salí,Dipper ya no estaba me dirigí a la sala y me invitó a salir un rato.
Estaba oscuro todavía pero no importaba,el estaba para protegerme.
Me llevo a una montaña, vimos juntos el amanecer,era hermoso,solo recosté mi cabeza en sus hombros,me prometió siempre estar juntos para toda la vida.
Era uno de los amaneceres que nunca en mi vida olvidaré.
Y sería aún el mejor de los veranos,solo quería y deseaba que el tiempo no pasará.
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Luego que llegamos a la casa nos encontramos con alguien muy especial, si era Soos.
Platicamos, como en los viejos tiempos. Como cuando éramos esos niños de doce años que solo buscaban aventuras, los gemelos misterios.
