Llegué a estar frente a la calle de la iglesia después de unos minutos que tomé caminando. Mis padres están esperándome en el auto y cuando me ven cruzando en la calle su rostro se torna algo molesto.
-Pensé que no ibas a llegar.- Dice mi madre con algo de ironía y enfado.
Yo resoplo y miro hacia otro lado. Contestarle mientras está enojada sería muy mala idea. Mi padre hace una en el rostro para darme a saber que mi madre andaba molesta y que sería mejor parecer tranquilo, ambos pensamos igual.
-¿Dónde estabas? Te perdiste la prédica.- Ella abre la puerta del copiloto y se monta cruzando los brazos. Llego al auto y me subo igualmente mientras mi padre enciende el auto.
-Estaba ayudando a una chica en una dirección, solo eso.- Mi vista se perdió en las calles, empecé contando los autos que transcurrían del lado contrario, más esa cuenta se perdió después del rato. Mi madre venía platicando sobre lo que estaba de acuerdo y lo que no de lo que había dicho el pastor y mi padre solo asentía manteniendo la vista fija en el camino. De repente mi madre se volteaba para preguntarme si estaba de acuerdo y yo le respondía con un seco "Ajam" "Si" o "Esta bien".
Llegamos a casa a relajarnos. Mi padre entró a su habitación, mi madre comenzó a hacer el almuerzo y yo me tiré en la cama y cerré los ojos, por alguna razón quería dormir un poco más. No pasaron veinte minutos de descanso cuando mi madre tocó la puerta diciendo que ya estaba lista la comida.
Con calma me levanto y salgo a comer. En la mesa no se decía nada a menos que elogiar la comida que mamá preparaba. El timbre suena en ese entonces. Todos fruncimos el ceño pues nadie esperaba visitas... ¿O sí?
-Yo voy.- Me dirijo hacia la puerta principal y giro el picaporte. En cuanto abro la puerta veo la gran sonrisa del rubio de mi mejor amigo.
-James.- Saluda él.
-¿David?- En eso veo la mochila en su espalda y recordé que le había dicho que le daría lecciones hoy. -Cierto, te dije que te ayudaría en matemáticas.
-¿Te olvidaste?- Frunce el ceño con una risita crédula. -¿Dónde está mi James y que has hecho con él?
-Basta de juegos y pasa.- Empujo su hombro ligeramente y le doy camino para que entrara al departamento.
-Buenos días Sus majestades.- Saluda a mis padres con una reverencia lo cual ambos responden con una sonrisa mientras almorzaban.
-David ha venido a estudiar, no te lo comente porque...
-Se le olvido- Responde David. -Has estado muy distraído últimamente.- Le doy una mirada sarcástica como si estuviera agotado.
-Entra y acabemos de una vez.- Me dirijo hacia mi habitación y David me sigue. El acomoda sus libros en el escritorio de mi cuarto y resopla fuertemente. Luego estira su cuello buscando relajarse pues no le gustan las matemáticas en contrario a mí.
-Entonces maestro. ¿Primera lección?
-Uno, no me llames maestro- Le doy un zape y me inclino a un lado de él. -Dos, esto será aburrido.
Prosigo a explicarle de pies a cabeza todas y cada una de las ecuaciones, datos y complejos que tendría que aprender para poder resolver los ejercicios. Después de media hora explicando sin parar de hablar y ver como David escuchaba atentamente y cuando le preguntaba si estaba entendiendo el solo asentía, le permití hacer al menos un ejercicio para ponerlo a prueba.
-Termine.- Indica David.
-Que lento.- Había durado unos veinte minutos en resolverlo, y yo ya me había relajado en el colchón de mi cama. Me levanté y me incliné apoyándose de su hombro para poder comprobar si lo que hizo estaba bien.
ESTÁS LEYENDO
Descendientes Del Pecado
ParanormalCreditos: Portada por @pixieliz en @RoyaltyNightmares Una leyenda urbana. Muy pocos la conocen pues nunca fue escrita en los libros antiguos. Una historia que ha permanecido intacta durante miles de años, ni la santa biblia la contiene...