Capitulo 19

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Después de dejar al oxigenado en su casa y borrar los videos de su pc llegué a mi casa pasando un terrible colapso mental y un fuerte dolor de cabeza. Tantas cosas en un solo día para mañana levantarme a vivir lo mismo. ¿Por qué tan de repente me ponen a sobre exigir tanto mi cuerpo como mi mente?

La casa estaba igualmente sola que cuando me marché de ella, tenía una gran pereza de siquiera hacer comida, así que tuve que comprar un sándwich en el camino. El tiempo pasó volando, ya eran las 7 de la noche, arroje mi teléfono al sofá, no quería recibir o ver algo que me hiciera estresarme más, necesitaba desahogar este sentimiento de alguna manera. Esta frustración tan enorme me hace sudar de la nada.

-Mi única amiga ahora puede ser la cama.- Dije con desánimo.

Me acosté sobre ella y me quedé mirando la ventana, como la luz del sol desaparecía poco a poco hasta no verse ni el último rayo e inundar mi cuarto de oscuridad. Quería dormir para que ya fuera mañana, quería que este día terminara por tener tanto bendito drama.

El corazón me retumbó al recordar a Luzbel, bendita bella pelirroja que me pone las mejillas coloradas. Esa chica tenía algo que me hacía recordarla en los momentos menos inesperados, los que cuando estoy a oscuras, solo y el silencio vence a los latidos de mi corazón, es ella mi único pensamiento. A la mierda mis problemas, esa cara angelical me ha llevado al clímax de la felicidad interna.

-Luzbel, eres la luz dentro de mi cuerpo oscuro.

Inesperadamente el timbre de mi casa suena. Gruñó fastidiado imaginando que debe ser otro problema, o mi amigo rubio que debe estar pensando que pasó toda la tarde mirando videos en youtube o Sarah, que debe seguir enojada conmigo y quiere hablar de lo sucedido. Sin embargo no quería hablar con nadie, me quitaron de la mente a Luzbel y eso me frustra porque sólo ella parece darle calma a mi vida.

Me levanto inmediatamente a abrir la puerta. Apenas la enfoque a la persona detrás de ella siento un par de manos rodearon mi cuello y unos labios devoraban desesperadamente los míos. Los finos vellos de su barba me picaban la mejilla, pero se sentía excelente.

Tome a Liong por la cintura para apegar su cuerpo más al mío. Al parecer el chico quedó con ganas de más, no quería parar y vino desesperado a pecar, porque ya fue tentado y el decidió el pecado.

-Necesito lo que das, lo necesito- Dijo entre el beso.

Y la verdad es que no es cierto. Él no necesita esto, él no merece esto, pero es lo que ha elegido, sea por mi culpa o no todos tenemos ese libre albedrío y yo al hacer esto de verdad espero y deseo, que todo aquel al que he tentado... Tengan su misericordia.

Porque la misericordia puede salvarte, pues aceptado eres en el reino de los cielos

Lo adentré al apartamento y cerré la puerta de una patada. Empujaba cada vez más y más acercándolo al sofá y esté fácilmente retrocedía hasta que sus muslos tocaron el mueble. Dejó caer su cuerpo de espaldas hasta caer en el mueble y estremecerse en él. Quito su camisa y desabrocho su pantalón, fácilmente podía ver la erección de ese joven detrás del bóxer, su amiguito quería cariño, pero yo le daré algo mucho mejor, algo con lo que llegare profundo.

Me quedé unos cuantos segundos viendo su aura, oliendo aquel aroma que me erizaba la piel. No sé de qué me arrepentia de haberlo hecho la otra noche si esto es demasiado bueno, me despierta, me anima, me demuestra que estoy vivo para algo. Sus ojos me daban permiso para hacer todo lo que yo imaginara y estaba dispuesto a saciar sus deseos.

Me lancé hacia él cómo león salvaje y mordisquee su cuello, hombros y clavículas haciendo soltar los primeros gemidos de la noche, unos que no dejará de repetir hasta que termine con él.

Descendientes Del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora