Capitulo 21

22 9 1
                                    

Le di nuevamente otro sorbo a mi café, que estaba recién servido. Estaba delicioso y tenía hambre, me preguntaba dónde estaría Sarah en estos momentos, se supone que tendríamos una cita de disculpas. Ami no me dio pastel, uso sus habilidades para hacerse invisible y la perdí de vista y Levy había salido y no se a donde fue. Llevaba por lo menos unos treinta minutos esperando a que mi castaña llegara pero no me desesperaba, ella tenía que vengarse de alguna manera, tal vez lo hace a posta.

Tomé el vaso para tomar otro sorbo y cuando mis labios hacen contacto con el borde de plástico una bocina me hace sobresaltar atragandome un poco con el café y peor aun haciendo quemar la lengua. Con sutileza dejo el café en la mesa y volteo lentamente mi cabeza enojado, mi aptitud amargada sobreexplotara en estos momentos y arrasara con quien me haya hecho quemar.

-¡James!- Escucho la voz de Sarah. Cuando la enfoco bajando de aquella limosina negra noto lo bella que esta vestida. Un jean ajustado rasgado y un suéter que le quedaba grande, su cabello trenzado y unas botas hasta los tobillos. Se veía adorable y atrevida, solo ella tenía ese poder. No hacía falta maquillaje para que su rostro sobresaltara ante todo, mi mejor amiga era una preciosura, ¿Cómo es que no tiene novio?

Se acercó a mí con una hermosa sonrisa y unos ojos brillantes. Me pellizca una mejilla y se sienta a mi lado.

-¿Tarde demasiado en llegar?- Dice de un tono tan sarcástico que hasta yo me doy cuenta que tardo apropósito.

-Para nada, acabo de llegar.- Cuando la vi se desapareció lo amargado que estaba, es mi mejor amiga de todos modos.

-¿En serio? ¿Y cómo estuvo el café?

Es una malvada con cara de ángel.

-Como nunca.- Sonrió falsamente para obviar mi "enojo"

-Sabes que te lo mereces.

-Lo sé. Perdóname.

-No pidas tantas disculpas, trae comida más bien.

-Saldrás rodando de aquí.

-¡Comida!- Estira su cuello y abre la boca soltando un quejido ronco y continuo mientras se sobaba la barriga.

-¡Camarero! Emergencia, traiga una dosis de pizza grande y dos refresco para sha.

-¡Y papas!

-Dile a tu estomago que aguante hasta que llegue la ambulancia.

-No creo que pueda durar tanto, ya está viendo la luz.

El camarero no se movió por un instante mirándonos como unos bichos raros. Después de su raro gesto sacudió su cabeza y siguió caminando con la orden anotada en un papel. Como extrañaba nuestras acciones de niño.

Ambos comenzamos a reír después que aquel camarero de edad mayor entro por la cocina. Sarah se enderezo en su asiento y me encaro, su rostro era algo serio más su tierno rostro la hacía ver tan linda y cariñosa.

-Entonces.

-¿Entonces?- Pregunto esperando a que ella termine de dialogar.

-¿Por qué has cambiado de un momento a otro?

Trague fuertemente saliva algo nervioso por como lo pregunto, así nada más.

-Nada, te juro que no he cambiado en nada.

-No jures en vano que es malo.- Levanta su dedo índice moviéndolo lateralmente.

-Si he cambiado un poco, pero fue por algunas cosas que pasaron.

-¿Qué cosas?- Interroga.

-Cosas sin importancia, solo te quiero pedir perdón enserio por lo que paso en tu casa.

Descendientes Del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora