Capitulo 32

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Mi pecho estaba mas apretado que nunca, el como me costaba respirar apenas y podía ver y escuchar lo que me decían. Ya sentía que podía mover mi cuerpo, pero las fuerzas para hacerlo eran escasas.

-Que bueno que estés bien amigo.- David me ayuda a levantarme junto con el bombero. Luego de que me pongo mas o menos de pie, David me rodea con uno de sus brazos y me ayuda a mantenerme en pie.

-¿Que fue lo que paso?- Miro a David a la cara y me doy cuenta de que esta toda pintada de negro, sucia y manchada.

-Al parecer hubo un problema eléctrico y nuestro salón comenzó a incendiarse. Los bomberos llegaron antes de que el fuego se esparciera y nos aniquilara, estamos vivos gracias a ellos.

-¿Problemas eléctricos? Pareces plomero con ese rostro así.- Aun no puedo coordinar mi cuerpo pero mi cabeza aun podía maquinar el sarcasmo.

-Tu estas igual.- Sonríe ampliamente. -No hubo ningún herido, el fuego pudo controlarse y extinguirse gracias a Dios.

-Pe-pero...

-Si te sientes aturdido es normal, solo cálmate. Vamos a sentarnos para que no tengas que ejercer mucha fuerza por ahora.- Me interrumpe y me acompaña a uno de los banquitos mas cercanos de donde nos encontrábamos y me ayuda a sentarme como si fuese invalido, solo estaba algo mareado, no tenia porque ser tan delicado conmigo.

-No seas tan delicado, nos salvamos de lo mismo y veo que tu estas bien.

-Oh no amigo, tu estabas rodeado en llamas cuando te encontraron, una bombero fue la que te rescato. Separo las llamas como si fuese magia, aunque en realidad era el agua que estaban arrojando a tu alrededor.

-¿Como fue que llego a pasar?- Me cubro el rostro con las manos avergonzado de mi mismo. He sido incapaz de controlar mis poderes y he incendiado el salón. Fui yo el causante de este problema, casi mato a todos mis compañeros y a mi mejor amigo y aunque no fuese voluntaria de alguna manera me sentía muy culpable.

-Te he dicho que han sido problemas eléctricos, ¿De que te mortificas?- Ladea un poco la cabeza extrañado. Esta apunto de decirme algo mas cuando la voz de una mujer anciana lo llama. Era la Abuela que de lejos gritaba su nombre para que viniera hacia ella, se notaba que estaba completamente preocupada en cuanto se entero lo del incendio que vino hacia acá inmediatamente.

Mi mejor amigo sale corriendo a abrazar a su abuela. Yo me quedo sentado en el banco completamente solo mientras observo a mi amigo dialogar con su abuela. La gente observando el desastre que ocasione y los bomberos atendiendo a todos mis compañeros. Veo como aun desprendía humo de una de las ventanas del salón, al parecer rompieron varias ventanas para poder entrar.

Mi mente se encuentra pensando el porque mi cerebro paso por ese trance que no me di cuenta cuando una persona se me acercaba, se sentó al lado mio y puso un trapo húmedo en mi rostro, respingo en cuanto siento el contacto. En cuanto volteo, era una chica, una bombero con una gran sonrisa en el rostro, unos ojos verdes preciosos y un cabello rubio.

Antes de poder siquiera articular una palabra ella dice. -Tranquilo, tienes el rostro muy sucio, déjame limpiarte.

Delicadamente pasa el trapo húmedo por mi rostro para quitar los manchones negros que tenia. En su mano transmitía calma y paz. Era increíble el como un contacto me mantenía tan llevo y vació a la vez, ¿Porque? Solo me mantengo un poco boquiabierto mientras ella limpiaba mi rostro.

Pasa el pañuelo hasta alcanzar mi cuello, luego mi nuca. Y en ese momento sentí aquella presión en el pecho, una alerta que me manda mi corazón diciéndome "Esta cerca y es hostil". En cuanto descubrí que ese sentimiento venia de ella intente alejarme pero era tarde. Un borde filoso rosaba mi cuello ligeramente, podía sentir el filo rozar mi cuello pero no hacerme nada. No podía moverme, un solo paso en falso y terminaría sin cabeza o eso creía, por esa razón no me moví en ningún momento.

Descendientes Del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora