Capitulo 30

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-Debo admitir que si te mereces el titulo de príncipe de la lujuria.- Amy se abotona el pantalón.

-Whao, en serio necesitaba tener algo de acción.- Digo recostado en el sofá aun desnudo.

-Parecías necesitarlo.- Ríe y se coloca de pie cruzando sus brazos y mirándome fijamente. -¿Te diste cuenta?

-¿De que?- Frunzo el ceño.

-De que no utilizaste tus poderes mientras teníamos sexo. Que solo tuvimos sexo y ya.

Comencé a analizar lo que había ocurrido. ¿En verdad no pensé que corroer su alma?

-¿Como podría saberlo? No creo que nuestros pecados pueda afectarnos entre nosotros.

-Y no podemos. Somos inmunes a otros pecados, pero sin embargo no sabias eso o no lo tenias bien asegurado.

-Aun no entiendo a donde quieres llegar.- La miro pesadamente.

-A la lección numero tres. Lo que acabas de hacer, tener el control de cuando integras el pecado en las personas. Has tenido sexo porque lo necesitabas y lo querías, no pensaste en ningún momento en que era tu deber como príncipe y que al hacerlo la persona terminaría contagiada con tu pecado, pero no, nosotros decidimos cuando el pecado puede entrar en ellos.

-Eso quiere decir que...

-Inhibición. Mientras aprendas a controlarlo, podrás tener sexo las veces que quieras sin tener miedo de hacerle un mal a la persona, aunque esa es la mejor parte.

Se forma una sonrisa en mis labios. Era como una oportunidad de no tener nada que ver con mi pecado mientras gozo de mi vida sin preocupaciones, se siente algo liberado. No sentirme mal como lo he hecho con David y no haré sufrir a mas nadie como lo que sufrió el.

-Pero hay otra cosa...- Acomoda sus sostén.

-¿Que?- Mi sonrisa se borra instantáneamente.

-No puedes elegir no esparcir tu pecado.

Me quede prácticamente helado.

-¿Co-como? Pero, ¿Porque?- Pregunto algo exaltado levantándome del sofá aun desnudo.

Acaricia levemente su barbilla con sus dedos y mira al techo pensando.

-Tu habilidad elemental vendría siendo fuego, entonces... ¿Has sentido alguna vez un calor inmenso recorrer tu cuerpo? ¿O al menos que tu cuerpo brote ondas de calor? Algo parecido, ayúdame.

Comencé a pensar. Recordar la escena en la que mis amigos se extrañaban por la falta de ropa abrigada que tenia en un día frió, o también cuando mi padre me mando a bañar por la exagerada fiebre que sentía en mi cuerpo, y mi cuerpo había evaporado toda el agua que caía en mi. Todo paso en un mismo día.

-Si, algunas cosas parecidas.- Digo frunciendo el ceño aun sin entender.

-No podemos evitar que nuestro pecado se esparza, si no somos capaces de contaminar a los demás, no somos capaces de cargar con el pecado y aunque no lo creas, poco a poco sufrimos efectos secundarios hasta que nuestro cuerpo simplemente... explota.

-¿Explota?

-Siii, así... ¡KABUM!- Hace una explosión con sus manos y una cara de asombro.

-¡Amy!- Espeto hacia ella.

-Bueno, físicamente no explotamos, pero nuestra consciencia si.

-Y sin nuestra consciencia.

-Si.- Me interrumpe inmediatamente.- Nos convertimos en verdaderos demonios.

Descendientes Del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora