Capitulo 22

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¿Cómo no vas a saber quién eres? Aunque yo también me hacia esa pregunta hace poco y este chico parecía desesperado. Pero sus ojos, sus ojos mostraban un brillo enorme, un sentimiento puro pero en su interior una duda que brincaba de aquí a allá por aquella pupila verde. Este chico tenía un sentimiento casi igual al mío, no sabe lo que es y al parecer quiere saberlo.

-Ayúdame por favor.- Me ruega inclinando su cuerpo para mirarme directamente a los ojos.

-Lo siento, no puedo ayudarte.- Intento abrir nuevamente la puerta del auto pero esta vez con más rudeza.

-¡No! Por favor, los sueños me están matando, escucho una voz pero no entiendo lo que dice.- Vuelve a cerrarme la puerta del auto.

-Lo siento, en serio. Si quieres te paso el numero de un buen psicólogo pero yo no te puedo ayudar de ninguna manera.

El chico elevó su rostro, su semblante se puso serio y algo frustrado, parecía enojado y bastante.

-Tendré que detenerte. Acompáñame por las buenas o subirás a mi auto esposado, tú y tu querida amiga.

Voltee a ver a Sarah quien estaba realmente confundida por la situación mas no decía nada, lo cual era muy raro. Me propuse a encarar a aquel chico, podrá ser lo que sea pero no debo confiar en él, no sé qué sería capaz de hacerme o a Sarah, tenía que salir de allí cuanto antes.

-No creo que debamos llegar a esos extremos, mi amiga y yo solo queremos ir a casa.

-No ahora.

Ahora sí, creo que puedo sobrepasar un límite más de los que he hecho últimamente.

-Lo siento.- Golpee su nariz fuertemente con el codo. El chico da un respingo por el golpe y luego pone sus manos en su nariz mientras se queja del dolor, probablemente estaba sangrando. Retrocedió unos cuantos pasos permitiéndome abrir la puerta del auto y entrar rápidamente.

-¡James, ¿Estás loco?!- Chilla Sarah boquiabierta.

-¡Cállate y sube de una buena vez!

Sumisamente subió al auto y cerró la puerta permitiéndome acelerar y tomar carretera alejándome cada vez más de ese lugar, dejando al joven oficial atrás. Seguí adelante aunque ya no siga viendo la imagen del joven en los retrovisores, algo preocupado, sudando como un animal.

-¡James, ¿Por qué mierda hiciste eso?- Pregunta Sarah alterada.

Yo no respondía, seguía conduciendo encontrando la manera de llegar a casa rápidamente, mirando fijamente el camino. Tampoco quería hablar con Sarah.

-¡James! Joder, estas en graves problemas conmigo y con la policía. Golpeaste a un oficial, eso es razón suficiente como para que te detengan.

Seguía mudo ante Sarah, podía escucharla perfectamente pero simplemente no quería dar explicaciones.

-¡James, háblame estoy totalmente angustiada por ti! ¿Quién diablos eres?

-¡Soy el mismo!- Grite callando inmediatamente a Sarah. Tome un bocado de aire y calme mi alteración. –Soy el mismo, solo me han pasado cosas, cosas que no puedes saben, he conocido a otras personas, personas de las que me tengo que alejar. Estoy en una situación muy complicada y no quiero que te veas envuelta.

Sarah se quedó boquiabierta por un momento meditando mis palabras. -¡ESTAS EN DROGAS AMARGADO DE MIE...!

-¡No!- Con un brazo tuve que protegerme de los golpes que estaba dándome en el hombro. –Es solo una situación complicada, si de verdad me aprecias no preguntaras nada.

Descendientes Del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora