Descendientes Del Pecado

Capítulo 40

Muevo mi cabeza todavía soñoliento buscando los lados mas cómodos de mi almohada cuando tranquilamente volvía a conciliar siento un fuerte golpe en mi frente, como si una roca me golpease con fuerza, pongo mis manos en mi frente gimiendo por el dolor con mis ojos cerrados. La luz del sol y el golpe me habían aturdido demasiado y no me permitía ver bien, solo logre ver aquella melena amarilla que aun posaba sobre la cama y supuse que era el cabezadura de David.

-¡Joder! David, golpeame con otra cabe...

-James, ¿Estas bien?- Entra Sarah por la puerta y me ve frotándome fuertemente la frente.

-Tranquila, David gano un juego de torres.- Me levanto de la cama sin darme cuenta que estaba en ropa interior. Sarah mira hacia abajo y su cara se vuelve un tomate, se voltea inmediatamente y se cubre los ojos.

Rio a la reacción tan inocente de Sarah y tomo un short mas cercano y me lo coloco. Todo su hombro para que voltee y abra los ojos. Ella lentamente va dándose la vuelta sin dejar de cubrir sus ojos y cuando abre una abertura entre sus dedos para ver que ya tenia puesto algo mas decente se quita las manos de la cara, pero sin embargo sigue completamente roja como un tomate.

-Que no te apene, somos como hermanos de todas maneras.

Ella solo asiente y sonríe delicadamente. Su cabello castaño estaba suelto, vestía un vestido hasta las rodillas con un estampado floreado, se veía muy linda así con su carita roja. En eso, ese rostro apenado desaparece casi de inmediato al verme el brazo derecho.

-¡James! ¿Te hiciste un tatuaje?- Espeta asombrada tomándome del brazo y detallando el dibujo.

-Oh por Sata...

-¿Desde cuando tienes esto? ¿Porque no lo sabia? ¿Que significa esto?- Eran muchas preguntas.

-Tranquila Sarah, solo fue un pequeña travesura cuando mis papas se fueron, no significa nada de verdad, solo algo insignificante.

-Estas haciendo cosas que no pensé que harías. Cada vez que te veo, el James que conozco va desapareciendo.- Dice con desilusión.

-No te pongas así, es solo algo insignificante, se los iba a decir, se los juro, solo no encontraba el momento adecuado y sabia que te pondrías así.- Dentro de mi sabia que en cualquier momento esto pasaría, no podía ocultar una marca así tanto tiempo.

-De verdad siento que no confías en nosotros.

-Confió mas en ustedes que en otra cosa, son mis hermanos después de todo.

-Prométeme que no volverás a hacer algo así sin decirnos primero.- Sarah levanta el brazo y el extiende el dedo meñique de su mano.

-Lo prometo.- Hago lo mismo y entrelazo nuestros dedos. Después de un par de segundos ambos nos soltamos. Sarah respira profundo e intenta calmarse.