DIEZ

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Me quedé congelada por unos segundos y no se debía precisamente al clima. Mamá avanzó rápidamente a la mesa que nos indicaba el anfitrión, pero yo simplemente no podía moverme, me quedé paralizada en el momento en que mi mirada se encontró con uno de ellos, esos ojos me indicaban quién era…

-Louis –susurré.

No podía ser él… bueno, ¿por qué no podía ser él eh ____? Porque ese ya no era el muchacho delgado de cabello corto que yo recordaba… el chico que tenía unos metros adelante es un muchacho de cabello castaño no largo de modo “hippie” pero no era ya el corte que solía tener, sus facciones habían madurado y aunque no estaba parado, se veía más alto… Me brindó una sonrisa que hacía corroborar mis sospechas, definitivamente esa es la sonrisa de mi zanahorio.

Aquí es cuando tengo que reaccionar-pensé. ¿Qué se supone que estoy haciendo? –me pregunté en cuanto caminé en sentido a la salida del restaurante.

Sí, definitivamente necesitaba algo de aire… sé que estaba a dos segundos de desmayarme de la impresión. Louis estaba aquí, después de tres años sin él… ha vuelto.

-¡______! –se escuchó a mis espaldas –Zanahoria, ¿A dónde crees que vas?

No voltee, no podía ser él… no, no podía estar aquí.

-¿______? –dijo en cuanto tomó mi brazo derecho.

-¿L L Lou? –tartamudee una vez que me encontraba frente al castaño.

-¿Quién más? Digo, sé que he crecido y que mi cabello es un desastre y no estoy pálido al igual que cierta castaña que tengo frente a mí, pero aún soy tu zanahorio –dijo con una sonrisa, la misma sonrisa, me dije a mi misma.

De nuevo _____, éste es el momento para reaccionar.

-Éste es el momento de reaccionar y darme un abrazo, besarme y decir lo mucho que me extrañabas, ehhh.

-¿Qu.. qué haces aquí?–pregunté casi susurrando.

-Auch, ¿no te da gusto verme? –hizo una mueca graciosa.

-No..

-¿NO? –gritó.

-Louis William Tomlinson, deja que termine de hablar! –dije más… yo.

-Jaja ya me habías asustado, pensé: “Ésta zanahoria no me extraña, mañana mismo me regreso a L.A.”

-¡NO! –Esta vez fui yo la que gritó –No se te ocurra regresar a L.A. nunca en la vida –finalicé para abalanzarme a él, como si no lo hubiese hecho en tres años, esperen, de hecho no lo he visto en tres años.

-jaja éste es el recibimiento que esperaba –comentó mientras deslizaba sus manos por toda mi espalda –estás temblando, ¿tienes frío? –Negué con la cabeza, aún apoyada en su pecho -¿NO? Ok zanahoria, los años te han hecho más callada o qué?

Me alejé un poco de él, de modo que pudiera verlo a la cara, éste es aún el Louis que recuerdo.

-¿Estás llorando- tal vez se me escaparon unas lagrimas, odio ser sentimental… limpié rápidamente mi cara, nunca me ha gustado que me vean llorando, incluso Lou –Zanahoria, no llores, me vas a hacer llorar a mí también y ¿para qué queremos secarnos antes de haber cenado eh? –limpio otra *beep* lagrima que resbalaba de mi mejilla, para después brindarme otra de sus típicas sonrisas –te extrañé, espero me perdones.

-No lo sé, después de todo, me olvidaste –dije separándome de él.

-¿Cómo piensas que te voy a olvidar es que… -comenzó histérico.

El ¿odioso? amigo de mi hermano. UNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora