Niall y yo pasamos el resto de la tarde conversando y… comiendo. No recordaba lo mucho que me hacía reír este rubio adorable. Tal vez tenía razón al decir que pasaba la mayor parte del tiempo con Zayn, pero… él y yo… hay una conexión muy especial; en cierto modo somos muy parecidos… él es mi persona.
-Ya me vas a decir quién es.
-¿Qué? –cuestioné con tono agudo sin entender a qué venía su pregunta.
-Jaja ¿quién es? –reiteró, dejándome igualmente confundida.
-¿Quién es quién?
-El chico que te gusta.
-Niall –dije rodando los ojos. –Ya te dije que no me gusta nadie –mentirosa mentirosa, gritó mi subconsciente.
-_______, en el tiempo que llevamos sentados en éste sofá, has suspirado alrededor de cuatro veces. ¿Quién es el que te hace suspirar de esa manera? –inquirió levantando una de sus cejas.
-¿Suspirar? –Bufé –no he estado suspirando por eso, estoy cansada, eso es todo.
-Cansada, ajá –entrecerró los ojos de manera sospechosa, provocando una risa nerviosa de mi parte –Ya veremos ya veremos, te estaré observando.
-Claro, hoy en día todos dicen eso –murmuré al recordar al detective Styles.
Poco después la mirada de Niall se tornó seria, y después de suspirar dirigió su linda mirada hacia mí.
-______, ¿cómo has estado con lo de Aye?
-¿Qué? -¿con lo de Aye?
-Sí, ¿cómo te tomaste la noticia?
-Espera espera bebé, ¿qué noticia?
-No… no sabes aún – no era una pregunta. Ahora mismo debe estar lamentando haber mencionado lo que sea que Ian no ha comentado conmigo.
-Niall, ¿qué noticia? –reiteré con un deje de desesperación debido al silencio en que se sumergió el rubio.
-No, no es conveniente que te lo diga yo, _____.
-Ella… está bien… le pasó algo. Niall ¿sucede algo malo con Aye? –elevé el tono de mi voz.
-_______, ella… -suspiró y me miró tristemente. –No, tú eres la que…
-¡Tan sólo dime! ¿Le sucedió algo malo?
-No, ella está… bien.
-¿Entonces?
-_______... -en ese momento sonó el timbre sobresaltando a ambos, como si nos hubiésemos quedando viendo alguna película de suspenso. ¿Qué diablos está sucediendo?
Me levanté a regañadientes del sofá, no sin antes dedicarle un vistazo a la mueca de preocupación de mi amigo. Abrí la puerta principal; y como si la hubiese invocado, cierta pelinegra apareció con la misma cara de preocupación que reflejaba mi rubio amigo…
-Aye –susurré preocupada.
-Hola ______, ¿Podemos hablar? –inquirió con un hilo de voz. Definitivamente algo va mal.
Hice pasar a mi mejor amiga; ésta se dirigió a la sala en donde me encontraba con Niall.
-Ok, ustedes dos tienen mucho que decir. Hablen YA, odio los rodeos y ustedes más que nadie, lo saben –concreté después de tanto misterio.
-¿Le dijiste lo de…? –preguntó Aye a Niall. El rubio bajó la mirada, apenado.
-No se lo dije como tal, pero si se me escapó una pregunta. Pensé que ya se lo habías comunicado.